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“Blanca como la nieve, roja como la sangre” de Guacomo Campiotti llega a nosotros después de un verano en que hemos contado con dos propuestas semejantes,  “Bajo la misma estrella” (The fault in our stars, 2014) de Josh Boone y “Ahora y siempre” (Now is good, 2012) de Ol Parke. La primera cuenta la historia de dos jóvenes, Hazel y Gus, que se conocen en una reunión de apoyo para enfermos de cáncer y se enamoran. Un melodrama sencillo sobre el amor y la muerte. La segunda cuenta la vida de Tessa que se enamora y que necesita hacer unas cuantas cosas antes de morir. Se trata de un “Love story” adolescente bastante almibarado.

 

 

“Blanca como la nieve, roja como la sangre” (Bianca come il latte, rossa come il sangue), también se basa como las anteriores en un texto literario, en este caso del primer y exitoso libro de Alessandro D’Avenia, donde cuenta una historia de amor que, haciendo guiños a la “Divina Comedia” de Dante, descubre el proceso de maduración de Leo: “Siempre me he preguntado por qué el amor y la sangre son del mismo color: ahora lo sé”.
Esta historia, también de enamoramiento adolescente, tiene algunas ventajas sobre sus predecesoras. Por una parte el estilo desenfadado y fresco de contar que hace incursiones significativas en la comedia. Además las alusiones a la obra maestra de la literatura que a través del personaje de Beatriz, la joven idealizada de la que se enamora Leo, muestra la comunicación entre el amor humano y el amor divino. Por último, el buen complemento de los personajes secundarios como Silvia, la mejor amiga de Leo, siempre leal, su apoyo constante; el profesor que le acompaña a base de golpes y los padres a la expectativa de las rarezas de su hijo.
La realización cuenta con tres jóvenes actores Aurora Ruffino (Silvia), Filippo Scicchitano (Leo) y Gaia Weiss (Beatrice) que componen unas creíbles interpretaciones entre la comedia y el drama. Así mismo la banda sonora incorpora un repertorio juvenil sugerente, especialmente el tema compuesto para la película “Se si potesse non moriré” del grupo de rock italiano “Modà” que tuvo con el disco “Goia” un gran éxito comercial.
La película tiene el sello amable de la factoría “Lux Vide”, que fue la que produjo la famosa serie italiana sobre la Biblia de la cual conviene resaltar el film de Ermanno Olmi “Génesis”. Esto se traduce en una narrativa atractiva y vital con una realización desenvuelta y metafórica destinada a los jóvenes. Aquí cabe resaltar el código de los colores como interpretación psicológica del estado de los personajes.
Desde el punto de vista espiritual la película entra en la cuestión del sentido de la vida y la muerte como interrogantes sobre el misterio de Dios. Nada discursiva ni didactista consigue enfrentar a la pregunta religiosa ofreciendo una propuesta de relectura de la Divina Comedia desde una metáfora adaptada el público actual. Sin duda muy recomendable para el público adolescente y joven así como para ver en familia.

Autor: Peio Sánchez Rodríguez.
Publicado en: Periodista digital