El ss@le es un encuentro donde los jóvenes voluntarios repartidos por toda la península ibérica se reúnen para compartir las experiencias obtenidas a raíz de las actividades de voluntariado que se realizan en los respectivos campos de trabajo de cada grupo. Es un momento donde los jóvenes voluntarios podemos conocer a otros voluntarios y compartir nuestras aventuras, anécdotas, etc.
Este ss@le tuvo lugar en Cubras de la Sagra. La temática era la pantalla grande, es decir, el cine. Cada persona debía elegir un personaje de película con el que se sintiera identificado y exponer su mayor virtud.
El primer día, la bienvenida fue muy cariñosa y de ahí pasamos a una presentación de nuestros personajes, una vez hecho esto se nos asignaba un grupo que llevaba por nombre una película muy conocida y ese sería el grupo de colaboración en las distintas labores de la casa y, también servía para conocer a las demás integrantes de grupo, de esta manera se podía profundizar en un plano más cercano al ser 6 o 7 integrantes porque, al ser pocos se hacía más fácil para todos abrirse a los demás.
El segundo día, realizamos una reflexión sobre “20 segundos de valor” en nuestras vidas, es decir, momentos de corajes que hemos tenido que han cambiado nuestra vida ya sea, radicalmente o que nos llevase a tomar un camino distinto hacia la mejoría. También realizamos en un pequeño rollo de papel la película de nuestra vida con el objetivo de explicar el motivo por el que llegamos a ser voluntarios y, cómo hemos llegado al ss@le. Otra actividad fue escribir en una lista 20 personas reflejando las bases de nuestra vida diaria, es decir, en quien nos apoyamos mostrándolas como nuestras personas imprescindibles. Otro ejercicio acompañado de música se hizo un pequeño juego en el que se bailaba y cuando la música paraba, se tenían que hacer pareja, mirar fijamente y escribir una característica de este. Se llevó a cabo una velada por el grupo PAC’S que trataba de una ginkana donde ponían a prueba nuestras diversas aptitudes de trabajo en equipo, valor, percepción, interpretación, etc. en las distintas pruebas pensadas por el mencionado grupo anteriormente.
El tercer día, por un lado nos propusieron crear nuestra propia casa como símbolo de nuestra vida, “no tiene que ser grande ni tampoco la más bonita pero, tiene que ser nuestra casa” como lema de la actividad. Cada parte de la casa reflejaba algo personal de esta manera, el suelo muestran los valores de nuestra vida en los que nos basamos, las ventanas y puertas la manera de mostrarnos a las demás personas, el techo nuestras aspiraciones, ilusiones y sueños y por último, las paredes como medio a dar a conocer nuestras experiencias que nos han hecho ser quienes somos hoy. Por otro lado, el grupo Ostarte (al cual pertenezco) pensó en otra actividad la cual fue una ginkana, en esta los participantes deberían superar distintas pruebas y desarrollar diversas características de grupo como, la comunicación, trabajo en equipo, mímica, etc. con una prueba final donde los grupos deberían improvisar una coreografía con música al azar. Este mismo día se dio la entrega de los premios a las mejores actuaciones con diversas categorías tales como, al más participativo, el mejor video, mejor foto, el más animal, el mejor baile, etc.
Cada día que disfrutamos en el
ss@le también se daba un tiempo para reconciliarnos con Dios, ese momento se lo dedicábamos a El mediante una pequeña oración donde realizábamos pequeñas actividades para fomentar nuestra fe y el desarrollo de nuestra confianza en nosotros mismos.
En el ss@le hemos compartido numerosas actividades donde hemos desarrollado un poco mas de confianza, nuestra percepción, trabajo en equipo, nuestro yo interior, mundos interiores y haciendo reflexiones sobre nuestras vidas y los que nos rodean. Es un momento muy bonito en el que nos damos un respiro para conocernos a nosotros mismos y a los demás integrantes de nuestra gran familia. Es una experiencia que cambia el modo de ver el voluntariado de manera que se pasa de una visión de trabajo a una visión de ayudar a los demás mientras nos divertimos y conocemos personas nuevas que, con el tiempo, pasan a ser integrantes de las “20 personas de la lista” mencionada anteriormente.
También es un encuentro donde tus temores, prisas, mundo exterior, etc. quedan aislados y solo estamos nosotros compartiendo aventuras codo con codo de manera que creamos lazos y vínculos sólidos y que de esta manera, “recargamos pilas” para seguir con nuestros voluntariados y, esperemos que poco a poco cambiemos el mundo porque nosotros somos “más entre los que menos tienen”.
Mauricio Martinez Perez (Morris)