(VIS).- El Mensaje del Santo Padre a los jóvenes para la preparación de la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014 está centrado en el tema: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
Se trata del primer Mensaje que el papa Francisco dirige a los jóvenes, incorporándose así en la tradición iniciada por el beato Juan Pablo II y continuada por Benedicto XVI con ocasión de cada Jornada Mundial de la Juventud. Después de la extraordinaria JMJ vivida en Río de Janeiro en el mes de julio de 2013, el Papa retoma su diálogo con los jóvenes del mundo y les presenta los temas de las tres próximas ediciones del evento, dando inicio al itinerario de preparación espiritual que, a lo largo de tres años, guiará a la celebración internacional en Cracovia, en el mes de julio de 2016.
Los temas de las tres próximas JMJ, tomados de las Bienaventuranzas del Evangelio, muestran cómo el Santo Padre considere este pasaje del Evangelio de Mateo un punto de referencia central para la vida de los cristianos, llamados a hacer de él un concreto programa de vida.
En el Mensaje, el Santo Padre recuerda a los jóvenes que Jesús mismo mostró el camino que debemos seguir, encarnando las Bienaventuranzas en toda la vida. Vivir las Bienaventuranzas hoy es para los jóvenes un verdadero desafío al seguir a Cristo, yendo contracorriente y testimoniando su novedad revolucionaria. Puesto que no es posible ser cristianos y tener una idea “en pequeño” de la vida, el Papa exhorta a los jóvenes a que rechacen toda oferta de felicidad “a bajo precio”, a encontrar el “valor de la felicidad” auténtica que sólo Dios puede dar.
El Papa Francisco explica a los jóvenes lo que significa ser pobres de espíritu, entrando en la parte esencial del tema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Jesús mismo eligió un camino de humillación y de pobreza, y el Papa dirige a los jóvenes la invitación insistente de imitarle, indicándoles el ejemplo de San Francisco de Asís. Por ello, los jóvenes cristianos están llamados a la conversión, a abrazar un estilo de vida evangélico marcado por la sobriedad, la búsqueda de lo esencial y la solidaridad concreta en relación a los pobres. Los pobres son, así explica el Papa, por una lado “la carne que sufre” de Cristo, que todos estamos llamados a tocar personalmente, pero por otro lado podemosconvertirnos en verdaderos maestros de vida, pues podemos ofrecer tanto a nivel humano y espiritual.
El Papa subraya a continuación el profundo vínculo entre el tema de la JMJ de Río – «Id y haced discípulos a todos los pueblos» (cfr. Mt 28,19) – y las Bienaventuranzas de los pobres de espíritu. De hecho, el Papa Francisco explica que, “la pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda”, pues a menudo es de los corazones más sencillos de donde brota la auténtica alegría, que es el motor mismo de la evangelización.
El Santo Padre recuerda, por último, el trigésimo aniversario de la entrega de la Cruz del Jubileo de la Redención a los jóvenes, que se celebrará el próximo 22 de abril. “Precisamente a partir de ese acto simbólico de Juan Pablo II comenzó la gran peregrinación juvenil que, desde entonces, continúa a través de los cinco continentes”. Y papa Francisco anuncia a los jóvenes que, después de su canonización, que es un “acontecimiento que llena nuestro corazón de alegría”, Juan Pablo II “será el gran patrono de las JMJ, de las que fue iniciador y promotor”.