El miedo se adueña de las personas al ingresar en una cárcel. Privadas de libertad, desconectan de la realidad, rechazados por la sociedad y por sí mismo. En la celda comienzan una nueva vida. Necesitan recuperarse y aceptarse como personas. Es entonces cuando comienza la tarea de asociaciones y fundaciones como Adsis, comprometidas con quienes sufren la exclusión social y la privación de libertad.
BILBAO. El programa Bestalde lleva varios años trabajando con internos, facilitándoles además su proceso de reinserción social y laboral, minimizando de esta manera los obstáculos de su situación personal o que el propio sistema penitenciario puede ocasionarles. José Luis y Mamudu disfrutan de su tercer grado, -“estamos a punto de terminar nuestra condena”, explican-, y están en tránsito hacia la libertad. Ambos participan habitualmente en las actividades del Centro de Día Bestalde, que les está abriendo mundos hasta ahora desconocidos. Ayer, por ejemplo, asistieron junto con otros diez compañeros, al ensayo general de un concierto muy especial en el Palacio Euskalduna, que ofreció la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), dirigido por la batuta del mexicano Carlos Miguel Prieto.
“Estoy muy agradecido a la labor que está realizando esta fundación. Se crea una armonía en el grupo muy diferente a la que tienes ahí dentro, y es un paso importante para la preparación de los internos cuando se van acercando a la libertad. Se necesita mucha fuerza de voluntad, que es lo que ellos tienen, para poder buscar soluciones a la gente que lo necesita, que no tiene familia, que no tiene hogar. Además, estas salidas son terapéuticas, para poder relajarte, evadirte, tener un tema de conversación, confianza hacia los demás... Cuando pasas una semana en la cárcel es como si hubieran pasado dos años; la sociedad va muy rápida y cuando sales piensas que estás preparado para todo y en realidad, no lo estás. Cuando vas a salir piensas en lo que has dejado, pero no encuentras nada igual, está todo totalmente cambiado. Y si no tienes esta preparación, resulta más complicado. Es importante este tipo de salidas para saber a lo qué te vas a enfrentar”, explicó José Luis.
Algo en lo que también coincide el senegalés Mamundo, que repite una y otra vez en sus declaraciones “que está muy contento”. “Aprendo mucho en estas salidas culturales y visito la residencia de Portugalete para ayudar a la gente mayor. Aprendo mucho de ellos”.
En esta visita al concierto de la BOS, han acudido con Eneko, de la Fundación Adsis. “Esta es la tercera temporada que asistimos a un ensayo general de la BOS. La música está por encima de los idiomas; los viernes además nos solemos juntar personas de diferentes culturas, edades, diferentes historias de vida... A todos nos une la música, que es un idioma universal. Es la vía para que afloren cosas que igual con la voz es imposible”.
ARTETERAPIA
Pero no es la única actividad cultural que se proporciona desde la Fundación. Cada 15 días, unas diez personas del programa Bestalde acuden al Museo de Bellas Artes de Bilbao para participar en las sesiones de arteterapia que éste organiza. Cada sesión, que dura dos horas y media, les permite visitar la obra de uno de los artistas que alberga el museo, conocerla más de cerca a través de ojos expertos y, finalmente, utilizar el taller del museo para pintar libremente durante una hora sobre aquello que les ha sugerido el autor.
La iniciativa nació el verano de 2011 y desde entonces, el taller de arte se ha realizado de forma casi ininterrumpida y les ha permitido conocer distintas técnicas pictóricas y abrir un blog donde van contando todas sus experiencias artísticas.
“Estas actividades te ayudan psicológicamente y físicamente. Cuando salimos, te das cuenta de que algo ha cambiado. Entramos con una seriedad tremenda y al finalizar, tenemos una sonrisa, armonía, ganas de hablar...”, aseguró José Luis.
Junto a ellos también se encontraban Laura, psicóloga, y Dani, educador, que trabajan en el centro penitenciario de Basurto. “Estos programas son fundamentales, están dentro de las actividades de tratamiento, dirigidas a la reinserción y a la educación. Hay de todo tipo, éstas que son de tipo cultural abordan aspectos a los que igual no tenemos tanto acceso a ellos desde el interior, por ello, intentamos potenciarlas. El objetivo es que las personas que están privadas de libertad desarrollen actitudes y valores pro sociales”, valoró Laura.
“En los últimos años, vemos cómo se ha potenciado el régimen abierto, se han abierto las prisiones a actividades y a asociaciones que realizan programas específicos en el interior de cara a la reinserción, pero una vez que se ha hecho este trabajo, son fundamentales también las actividades fuera”, explicó el educador de Instituciones Penitenciarias.
Todos tuvieron la oportunidad de disfrutar también de una charla distendida del concierto con el director mexicano Carlos Miguel Prieto, uno de los directores de orquesta más reconocidos en el ámbito internacional. Y de una obra musical espectacular, compleja y de absoluto frenesí rítmico, como es La noche maya, de Silvestre Revueltas.
Fuente: Deia.com