Queridos Reyes Magos:
Perdonar que haya tardado tanto en volver a escribiros, recuerdo que hace tiempo que perdí la fe en vosotros, desde aquel año que os pedí, por tercer año consecutivo, aquel videojuego que tanto quería. No me lo tengáis en cuenta, por favor, en aquel entonces era pequeña y no me daba cuenta de lo egoísta de mi deseo. Desde entonces he crecido, he madurado por todas las cosas que me han ido sucediendo.
Este año he querido volver a escribiros, volver a tener aquella fe ciega en vosotros. Si fuese la misma niña egoísta que solo pedía regalos caros para ella os pediría un portátil nuevo, pero como os digo he cambiado, he madura, y es por ello que esta vez quiero pediros algo un poco más complicado, uno de vuestros milagros navideños, bueno, dos en realidad.
El primero que quiero pediros es un poco egoísta. No, no os confundáis, no es para mí, pero sí me afecta en parte. Como sabréis tengo una amiga que está pasando por una depresión, no sonríe, no se valora y cree que a nadie le importa. Me gustaría pediros que por estas Navidades le traigáis un par de risas, que consigáis que vuelva a sonreír como no ha hecho en todo este tiempo. Y os lo pido no solo para ella, sino para toda la gente que, como ella, se halla en depresión.
El segundo es un poco más complicado, me gustaría pediros que intentéis hacer a la gente menos violenta. Ya conocéis mi historia, solo quiero pediros que no dejéis que nadie más pase por un estado de maltrato, sea del tipo que sea, que no dejéis que nadie más sufra por esto.
Sé que sois los únicos que podéis concederme estos milagros navideños, los únicos que podéis lograr que el mundo sea mejor de un día para otro, por eso os confío esto a vosotros. Pero también sé que es algo demasiado complicado lo que os pido, por eso, quiero pediros que dejéis que la gente os ayude con esta difícil empresa.
Yo misma colaboro en un grupo de voluntariado, y que poco a poco hace un poco más feliz a la gente y aporta su granito de arena. Pero ni siquiera nosotros solos podemos, por eso sé lo complicado de lo que os pido. Y es, también, por ello, que me gustaría pediros que dejéis que el mensaje de esta carta llegue a manos de otras personas, para que entre todos podamos ayudaros a cumplirlo, y a hacer del mundo un lugar un poquito mejor.
Con mis mejores deseos para que estas navidades el trabajo os sea leve.
Queridos Reyes Magos:
Hace ya tiempo que crecí, que crecimos, que el mundo crece al mismo ritmo y con él y con nosotros también, crecen los problemas personales y sociales: como perder personas, perder oportunidades o perder el norte de nuestra vida, pero ojalá y nunca perdamos la conciencia de clase.
Yo no os puedo pedir un mundo mejor porque eso está en manos de cada persona, lo que sí os pido es no perder nunca esas ganas de ayudar, de que todo vaya mejor en esta sociedad, y para ello os pido también a más gente con conciencia y que mire más allá de su ombligo, que abra los ojos y que vea que después de su propio horizonte las cosas no están tan bien como uno cree. Porque una persona sola no puede cambiar el mundo, pero con un granito que aporte cada persona, sí.