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Hay más de 860 millones de personas que sufren hambre en el mundo. La producción de alimentos tradicional como la agricultura a pequeña escala, que apuntan a alimentar a la gente local, está siendo destruída y reemplazada por una agricultura a gran escala creada por agro-empresas transnacionales. La crisis climática plantea una amenaza adicional a la producción de alimentos.

Es necesario que construyamos sistemas mundiales de alimentación basados en soluciones agrícolas diversas y localizadas. Se debería permitir a la gente a decidir y controlar sus propios sistemas de alimentación. Esta forma de agricultura también ayuda a las comunidades a tener más resisiliencia al cambio climático.

Amigos de la Tierra Internacional apoya a los pequeños agricultores como resistencia al poder empresarial que destruye su sustento y trae a sus comunidades hambre y conflictos. Ayudamos a construir puentes entre la gente y sus alimentos; entre aquellos que producen y consumen alimentos.

 

Fuente: Amigos de la Tierra Internacional