La primavera europea se acerca y todo se llenará de bellos sonidos (Escucha el magnífico trabajo de Carlos de Hita en el siguiente vídeo y consulta su web aquí)
Escuchar es la clave, pero para ello hace falta silencio, ¡cuánto molesta el pitido de un móvil en un concierto, en una celebración litúrgica, en un hospital, en medio del bosque!
La vida crece en silencio (ya decía Jesús, la semilla crece mientras el campesino duerme, sin que él sepa cómo). Sería bueno buscar un poco de silencio para admirarla… que se lo pregunten sino a los peregrinos jacobeos…
Hay infinito modos de salir de lo urbano, aunque también hay quien vive el silencio en medio de la ciudad (ver http://www.amigosdeldesierto.org promovido por Pablo d’Ors).
Nosotros como Adsis tenemos varias casas disponibles en España ¿las conoces? Sería bueno darles ese carácter también terapéutico, de descanso sanador de lo psico-espiritual… Ya Dios si quiere se nos hará presente por allí…
Por cierto, los japoneses ya hacen terapias de pasear por el bosque, prescritas por el médico (se llama shinrin-yoku o también “baño de bosque”).
Y siempre el yoga en el campo fue gozoso…
Casi todos los monasterios contemplativos eligieron la Naturaleza como ámbito de su vida escondida y silenciosa, profunda y trabajadora. Se dice que los benedictinos quedaron en la montaña y los trapenses en los valles…. Desde luego Subiaco, donde San Benito empezó todo eso, es un bosque fantástico (a sólo una hora de Roma). En España, el Desierto de las Hurdes (se llama así el monasterio) dicen que es una maravilla…
En fin, animémonos a silenciarnos y dejar que aflore lo bueno y bello, que suele estar en contacto con la Creación (somos criaturitas, altivas pero criaturitas).
(Chicos/as, dejadme que os meta aquí….para que se vea la casa Adsis de Azkárate también….).
Para terminar,… os animo a leer en mi siguiente entrada estas bellas ideas desde Taizé.
Pedro J.
Pedro Jiménez
Biólogo y cura Adsis