Empezó con una experiencia en el Alto, Bolivia, donde Mariangel conoció a la comunidad adsis. Tras encuentros, eucaristías, grupos y una experiencia de vivir con los hermanos se acabó el año y volvió a México, su país. ¿Y ahora qué? Pues a contar a otros lo que allí descubrió y comenzar a crear un grupo de jóvenes con el que seguir creciendo en esto de adsis. Y en esto de contagiar, también lo hizo con sus padres!! Esta es la razón por la que Fermín y Zoraida han pasado una semana en México. Acogidos en su casa, nos hemos acercado a esta naciente realidad y nos hemos dado a conocer. Reproducimos a continuación la crónica de Mariángel a la que enviamos desde aquí un fraternal abrazo.
Los caminos de Dios son impresionantes y lo que comenzó como una locura, hoy tengo la certeza de que es inspiración del Espíritu de Dios, que a unos y a otros nos ha ido uniendo para dejarnos una semilla que hemos acogido y que ahora esperamos ver brotar y crecer; queremos que Jesús sea la raíz y la fuente que la nutra, y que la virgen María de Guadalupe sostenga entre sus manos y llene de calor y esperanza lo que hoy surge en nuestra tierra.
Los pasados días tuvimos una visita que surgió de una manera muy espontánea, aún no creo que se haya hecho realidad, por suerte tenemos muchas fotos que nos recuerdan que no fue sólo un sueño. Agradecemos enormemente la sencillez, la espontaneidad, el cariño, el interés y la confianza que nos han compartido en estos días, conocerlos nos ha llenado de esperanza y entusiasmo. Los días que pasamos en compañía de Fermín y Zoraida nos han abierto a nuevas propuestas, avivando el deseo de conocer el carisma adsis y llevarlo a nuestra vida, y a la de los demás.
El fin de semana tuvimos un encuentro en el rancho Santa Cecilia, un bosque hermoso, con todo lo necesario para hacer una experiencia formidable.
Llegamos Brenda, David, Bryan, Mauricio, Javier, Zoraida, Fermín y yo el sábado a las 9:00 hrs. Y después de acomodar nuestras cosas, iniciamos con un momento de oración dirigido por Mauricio, en el que ofrecimos nuestro entusiasmo y corazón para que Dios hiciera de las suyas, también recordando y teniendo presentes a aquellos que por alguna razón no pudieron estar con nosotros.
Después de las presentaciones, lo que siguió fue una lluvia de ideas sobre adsis, agrupándolas al final en tres grupos: DIOS, HERMANOS (COMUNIDAD) y MUNDO E HISTORIA.
Tras un rato de descanso, Fermín nos mostró un video sobre lo que realizan hermanos adsis de diferentes partes del mundo, en los que vimos mucha variedad de personas y acciones, de voluntarios, hermanos, asociados y adsis joven.
Después del descanso y la comida, pasamos a ver unos videos testimonios de gente adsis. de Madrid, de Uruguay, de Rumanía, y de Perú. Observé unas caras muy atentas y emocionadas, sorprendidas de la pluralidad del movimiento, y de la alegría con la que cada uno desde su propio momento de proceso y su realidad cultural y propia de la comunidad con la que tienen contacto, expresan en su testimonio su manera de sentir adsis, claramente haciéndonos ver cómo en la vida real se reflejan los ejes del movimiento.
Después de la intensidad y para escuchar al corazón ante el Señor, tuvimos un rato de oración personal y preparar cada uno una comunicación orientada hacia el momento vital de cada uno, las invitaciones de Dios y los sueños y convicciones que surgen tras las actividades que tuvimos durante el día. En ella preparamos la comunicación que compartimos, junto a nuestros sentimientos y opiniones sobre este proceso.
Al final del día, tuvimos la merecida cena y la oración final del día en la que construimos la cuna que acogería a Jesús Niño.
Al siguiente día Mauricio volvió a dirigir la oración de la mañana. En un momento siguiente trabajamos con algo más concreto: qué proponíamos ahora nosotros para estar presentes ante Dios, ante la comunidad y el servicio (compromiso) que podíamos brindar a otros, principalmente a jóvenes y pobres. Echamos a andar la cabeza y también pusimos en común las ideas y necesidades de cada uno, que después dejamos como tarea para investigar, profundizar y organizar.
En ese momento llegaron al rancho nuestras familias, para compartir juntos la eucaristía celebrada al aire libre con un hermoso clima y paisaje. En la eucaristía participamos todos, tanto los que participamos en el retiro como nuestros papás y hermanos. Fue un momento muy emotivo y especial, también porque nuestros padres expresaron su agradecimiento a los hermanos y la alegría de que sus hijos puedan participar de adsis. El signo final que entregamos a todos fue un pequeño muñeco bebé como invitación a tomar el compromiso de preparar la morada de Jesús en nosotros y de cuidar y alentar este proyecto que va naciendo en nuestro país. Terminamos la eucaristía y tomamos la foto del recuerdo.
Quiero agradecer de manera muy personal la confianza que me han dado todos ustedes, reconozco mi fragilidad e inexperiencia, estoy muy asombrada de que Dios me ha ido acompañando y habla y se mueve a través de mí, sé que esto parece una locura, desde el momento en el que me decidí a dar el salto de conocer adsis, pasar poco más de un mes de vida en común y luego de eso tomar la decisión de regresar a mi país con el único deseo de compartir lo que viví en El Alto, y a través de eso, Dios se ha encargado de poner en mi camino a personas muy hermosas, que vibran ahora con la misma ilusión de este proyecto, que han creído en lo que les he contado y se han arriesgado a acompañarme, y no sólo somos jóvenes sino también un grupo de adultos y sacerdotes que tienen confianza en lo que Dios va sembrando.
Mandamos un abrazo fuerte a todos los hermanos, asociados, voluntarios, adsis joven y cooperantes, y les pedimos que oren por la paz de nuestro país y por nosotros para que aprendamos a ser mejores instrumentos de construcción del Reino de Dios.
Con mucho cariño, Mariangel González Morales.