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Empezó con una experiencia en el Alto, Bolivia, donde Mariangel conoció a la comunidad adsis. Tras encuentros, eucaristías, grupos y una experiencia de vivir con los hermanos se acabó el año y volvió a México, su país. ¿Y ahora qué? Pues a contar a otros lo que allí descubrió y comenzar a crear un grupo de jóvenes con el que seguir creciendo en esto de adsis. Y en esto de contagiar, ¡también lo hizo con sus padres! Esta es la razón por la que Fermín y Zoraida han pasado una semana en México. Acogidos en su casa, nos hemos acercado a esta naciente realidad y nos hemos dado a conocer. Reproducimos a continuación la crónica de Javier González al que agradecemos su acogida y testimonio:

 

Muy agradecidos a Dios, Nuestro Señor, por la visita a México de Fermín y Zoraida durante estos días, correspondiendo a una invitación hecha con anterioridad, a partir de nuestra visita a Peña Grande, en el pasado mes de Marzo de mi esposa Rosario y yo, donde habíamos tenido la hermosa experiencia de pasar una mañana muy grata en esa comunidad de la casa central de Adsis y tener la oportunidad de conocer personalmente a José Luis, a Tito y demás hermanos de esa bella comunidad.

Esta visita a México ha sido muy intensa, por cierto, ya que aprovechamos cada instante para compartir en distintos ámbitos su presencia: con padres de familia del colegio Pedro de Gante, donde trabajamos y tengo yo a mi cargo el departamento de Pastoral, con estudiantes de diversos grados donde se les presentó un panorama del movimiento Adsis, a la vez con miembros de nuestra comunidad que formamos un grupo de adultos como fruto de un retiro de evangelización. Retiro, de día y medio con jóvenes donde participan mis hijos: Mariangel, Luz María y Javier. Visita a nuestro Arzobispo, Domingo Díaz Martínez, quien acogió con entusiasmo la presencia del movimiento Adsis, sobre todo le interesó el poder trabajar con la pastoral juvenil de la diócesis, que es una de las prioridades del plan pastoral diocesano. Encuentro también, en una cena amistosa con nuestro Párroco, P. Humberto Carrasco, y un matrimonio muy comprometido a quienes también se les presentó el movimiento, despertando en ellos un gran entusiasmo y deseos de comprometerse con el mismo. 

Aprovechamos para visitar algunos lugares típicos como Huasca de Ocampo, Real del Monte y Pachuca donde asistimos a un concierto de la orquesta "Esperanza Azteca", donde anteriormente participaba mi hija Mariangel,  integrada por niños de escasos recursos, donde presentaron un concierto navideño. Visitamos también nuestra ciudad de Tulancingo, destacando en ésta la visita a la catedral Metropolitana y el claustro de la misma, fuimos invitados a presenciar una Pastorela en el Seminario mayor.  Visitamos también la zona arqueológica de Teotihuacan y la plaza  Garibaldi, en la ciudad de México, donde se concentran los Mariachis y conjuntos norteños, que hacen del lugar algo muy típico de nuestra cultura y folklore.

¿Qué deja para nosotros esta visita? En primer lugar  el testimonio alegre, sencillo y convincente de Fermín y Zoraida que encarnan la espiritualidad del movimiento Adsis y que para nosotros, al conocerlos a ellos, conocimos y experimentamos con el testimonio de su vida, la alegría de una vida entregada al servicio del Reino y que realmente vale la pena arriesgarlo todo por este proyecto de vida, que encarna el evangelio. ¡¡Muchas gracias por su visita!! Que ya nos hace sentirnos parte de hermosa familia de Adsis. Nos encomendamos a sus oraciones para que éste impulso del Espíritu que se está gestando en México se consolide y dé abundantes frutos.

Unidos y hermanados en el Señor: Javier, Rosario, y mis hijos Mariangel, Javier y Luz María.