(Peio Sánchez).- Llega a salas la primera película de ficción sobre el papa Francisco. En este caso con la dirección del gallego Beda Docampo que adapta un libro de la vaticanista argentina del diario «La Nación», Elisabetta Piqué, titulado «Francisco, vida y revolución».
Cuenta como una periodista -interpretada por Silvia Abascal- se acerca al cardenal-arzobispo de Buenos Aires- de la mano del actor argentino Darío Gandinetti- durante el cónclave del 2005 con el que entabla una relación de amistad y acompañamiento espiritual. Como periodista sigue las pistas para reconstruir su vida desde la adolescencia, la llamada vocacional, el ingreso en los jesuitas, sus primeros años como sacerdote-educador, el tiempo de la dictadura y su servicio como obispo fijando su atención en su permanente lucha contra la pobreza desde la cercanía a las villas miseria de la gran ciudad. La narración nos lleva hasta la elección como del padre Jorge como papa Francisco.
La película aprovecha la fuerza comunicativa de la figura del papa Francisco para presentar al gran público la parte más desconocida del padre Jorge así sus orígenes, la vocación, los primeros años de sacerdote- educador y su labor como arzobispo de Buenos Aires. El punto de vista no es el de un historiador, sino el aspecto más periodístico, para mostrar la admiración por la persona y la obra del papa.
El motivo de una periodista y agnóstica como punto de vista para presentar la vida del papa procede del libro que sirve de base argumental pero sintetiza y recuerda a dos personajes de "Las sandalias del pescador" (1968) el locutor de televisión George Faber y su esposa, la doctora Ruth ambos en crisis matrimonial. Se nota, lo que por otra parte es lógico, que el director conoce bien la filmografía sobre vidas de papas en especial las de san Juan XXIII ("El papa de la paz" (2002) Giorgio Capitani y "El santo padre Juan XXII" (2003) de Ricky Tognazzi) y san Juan Pablo II (la norteamericana (2005) de John Kent Harrison y sobre todo "Karol" (2005-2006) la producción polaca-italiana de Giacomo Battiato).
El género tiene como rasgos comunes el tono hagiográfico, la simplificación histórica, la cercanía a los problemas especialmente de los pobres y la proximidad en las distancias cortas para mostrar el sentido cristiano.
En "Franscisco, el padre Jorge" la figura del papa queda resaltada con una buena actuación de Darío Gandinetti, cuya presencia viene en ayuda de algunas insuficiencias del guion. El periodo de adolescencia y juventud resulta poco creíble y artificial pero la entrada en escena de Darío ayuda a crear fuerza dramática a la historia, especialmente en la relación de acompañamiento y ayuda a la periodista con una convincente Silvia Abascal. Resalta la austeridad, la cercanía y el humor porteño del personaje aunque también una cierta rigidez y un contexto de soledad en la presentación del papa. Los personajes secundarios quedan bastante diluidos lo que desarma la narración al descansar exclusivamente en los dos protagonistas.
Con la inmediatez del personaje histórico y la relevancia de la figura pública resulta muy difícil evitar la caída en simplificaciones. Así la presentación de los cónclaves, ya todo un subgénero en las películas de papas, su pertenencia a la compañía aunque se cita al san Ignacio de los Ejercicios no la vida en comunidad, igualmente la ingenuidad superficial en los aspectos socio-políticos para presentar el tiempo de la dictadura y la etapa de la corrupción política argentina. Sin embargo, resulta acertada a la hora de mostrar su defensa de los perseguidos por la dictadura militar, su cercanía y conocimientos de las villas miseria así como su carácter sencillo, lúcido y decidido.
La factura cinematográfica siendo de bajo coste resulta digna. Quizás en la primera parte, en su deseo de imitar el cine de otros tiempos, baja el listón pero llega a estar a tono con la media del cine televisivo. Los secundarios tienden a ser declamativos al estilo de las telenovelas latinas pero los personajes principales saben estar en la pantalla grande. Todo resulta amable y previsible a la vez que introduce palabras directas del papa Francisco, tomadas de la entrevista de Antonio Spadaro o de la propia Exhortación apostólica Evangelii gaudium.
Resumiendo, una película destinada al consumo de todos los públicos, adecuada para gente sencilla en parroquias y para los centros educativos. Una interesante mirada a los orígenes del papa Francisco que invita a seguir sus palabras y sobre todo sus gestos y opciones.
Autor: Peio Sánchez
Artículo original en: Periodista Digital