(Peio Sánchez).- Puede ser un momento adecuado para realizar un análisis de la televisión de la iglesia en España. Como punto de partida hay que considerar que desde octubre del 2015 cuenta con canal digital terrestre propio y en este momento con una audiencia entre el 2 y el 2,5%, lo que supone una media en torno a unos 250.000 espectadores que ven la cadena.
Una televisión en clave católica entre la necesidad y la dificultad
Son muchas las iniciativas de televisiones católicas (en abierto, satélite, cable o internet) por todo el mundo aunque en general son pequeñas y locales mientras que los proyectos más generalistas son escasos y con suerte variada. Entre las europeas, KTO es la televisión por satélite de la iglesia francesa que se propone anunciar el Evangelio desde los medios (tv, internet, dispositivos móviles,...). El estilo es bastante cercano a la vida de las iglesias locales ofreciendo debates, formación, reportajes, actualidad, documentales, espiritualidad y liturgia.
La Conferencia Episcopal Italiana ofrece TV2000. Se anuncia como una televisión que cruza abiertamente amplias áreas de la cultura, que busca en el arte, en la música, en los libros, en el cine, en el teatro, en los viejos y los nuevos medios, los restos de una verdad mayor.
Más de la mitad de las televisiones católicas están en América Latina en sus más variadas formas. La más importante fue Canal 13 de la Universidad Católica de Chile pero tras el fracaso empresarial, desde el año 2010 pasó a ser controlada la propiedad mayoritaria por el grupo Luksic (67 %) que disolvió los contenidos católicos. EWTN, conocida por la televisión de la Madre Angélica nacida en EEUU y amplia difusión en América Latina es el canal de televisión de más amplia difusión marcada por un carácter estrictamente confesante de marcada orientación conservadora que le ha llevado a conflicto con los obispos de EEUU.
Tres dificultades de la iglesia española para contar con un canal televisivo
Primera. La fragmentación de la realidad eclesial que dificulta una televisión plural desde el punto de vista eclesial. Para una iglesia que ha vivido más volcada sobre lo doctrinal que lo pastoral, el problema de la falta de comunión hace que nos encontremos con difíciles confluencias entre los medios de inspiración católica, diócesis y comunidades religiosas, así universidades católicas de distintos signo y otras propuestas culturales. Sostener la trama empresarial de una televisión significa la confluencia y apuesta común de sensibilidades diversas para captar públicos, anunciantes y colaboradores.
Segunda. La ausencia de un proyecto cultural coherente de la iglesia española.Mantenemos un cortocircuito con la cultura que no se resuelve únicamente desde una televisión. Por este motivo la iglesia moviliza mal a sus feligreses hacia la participación y consumo cultural en libros, música, cine o arte. Si no existe la base de un proyecto cultural coherente es difícil dar a luz un medio de comunicación de calado y arraigo.
Tercera. La situación política del país, que desde la transición ha roto el diálogo tanto de los partidos entre sí como de las diferentes identidades culturales y sociales. Esta dificultad de diálogo también la ha tenido la iglesia con los partidos de izquierda, que en general han estado cerca de planteamientos laicistas. Esto ha llevado a la iglesia en el área de la comunicación, a una impropia identificación con la derecha política que lleva a una desafección de otros sectores de la población. En este momento de cambio social y político al que asistimos, la exigencia de neutralidad y a apertura a las distintas sensibilidades se convierte en una urgencia de diálogo.
13 TV una televisión política
No podía ser otro el lugar empresarial de una iniciativa de televisión generalista. La cadena COPE con la cadena 100 y últimamente Radio María es el gran grupo de comunicación de la iglesia española. Tras su nacimiento en los años 60 de la red de emisoras locales se consolida en los años 80 y se extiende en los 90 como radio generalista. Del 2003 al 2009 vive la etapa negra con los enfrentamientos con el Gobierno Zapatero y la Generalitat de Catalunya de la mano de Jiménez Losantos, César Vidal y Luis Herrero. Esta etapa supone un amplio crecimiento de la audiencia a cambio de una marcada identificación con las derechas políticas de las que la cadena se hace portavoz. El cambio episcopal propicia a partir del año 2012 una etapa de giro tímido e incompleto hacia el centro y la neutralidad, siendo este momento en el que se asume 13TV como la marca televisiva.
La herencia original del grupo mexicano KW TV y de la televisión popular de Alejandro Samames no puede ser peor con una marcada ideología conservadora y una visión eclesial cerrada. Con la llegada del control directo de la Conferencia Episcopal Española y la presencia de Fernando Giménez Barriocanal se procura también realizar un giro hacia la moderación.
Sin embargo, nos encontramos con una canal generalista donde la base de la programación tiene tras pilares el comentario político, el cine popular y series junto con la programación propiamente religiosa. En lo que afecta al contenido político a pesar de la introducción de un limitado pluralismo el canal televisivo se mueve directamente en la órbita política del PP con los programas estrella "El cascabel" de Antonio Jiménez que procedía de Intereconomía TV y "La marimorena" de Carlos Cuesta que procede de la órbita del diario "El mundo". Así estos programas se sitúan en una audiencia de 400.000 espectadores mientras que la Santa Misa o Periferias en magacín de información religiosa reciben unos 50.000 espectadores.
13TV es así una televisión eminentemente política con una marca definida en la derecha. Esta opción condiciona claramente aspectos que afectan a la Doctrina Social de la Iglesia que en primera instancia señala las limitaciones de los proyectos políticos y la no identificación exclusiva con ningún proyecto concreto. Igualmente, como recientemente ha denunciado Mons. Agrelo obispo de Tánger, infringe claramente la opción por los pobres y por los que no tienen voz, esto claramente condicionado por las dependencias políticas.
13TV no es una canal donde se da especial espacio a la problemática social. Esta clave tan central en la Doctrina Social de la Iglesia ocupa una parte mínima en la programación y se enmarca más en el espectáculo asistencialista que en un verdadero análisis que da voz a los que no la tienen.
13 TV es un canal con un perfil culturalmente pobre y dirigido especialmente a un público de la tercera edad. La presencia de la cultura, en cuanto arte, libro, ciencia o cine, resulta enormemente limitada. No se acierta con los grandes ejes de novedad y no se atrae al espectador que buscar formar un criterio independiente y con valores evangélicos. No refleja ni de lejos la riqueza de la cercanía de la iglesia con la cultura.
13TV no es un canal plural desde el punto de vista religioso. Se trata de un medio enormemente concentrado en Madrid con una perspectiva unilateral. Las conexiones con el CTV para el Ángelus y la Audiencia de los miércoles no son suficientes para garantizar la marca católica. Que sea un medio de la Conferencia Episcopal no hace de él un medio de la iglesia.
Hacia un nuevo giro de guion
La televisión de la iglesia española no va por buen camino ni en el objetivo de la presencia de la iglesia en la sociedad ni en el diálogo con la cultura ni en la comunicación del Evangelio. La inversión económica que este medio necesario exige ha de implicar una mayor presencia de la iglesia de las periferias (en este caso más allá del centro), de las congregaciones religiosas y de los centros de producción cultural de la iglesia (universidades, editoriales, comunicación).
Esto supone una mayor sintonía con las apuestas de la iglesia universal y en este caso con la perspectiva comunicativa del papa Francisco. Estamos muy lejos de una televisión de hospital de campaña. 13TV es una televisión-muralla con un discurso político cerrado que no propone el Evangelio y convoca a un público cercano al PP y de edad elevada. Si vale la pena este esfuerzo es para llegar más allá, abrir las fronteras y mostrar el rostro sereno y comprometido de una iglesia que ofrece el Evangelio y no una política como alternativa. Esto es Doctrina Social de la Iglesia, lo actual una piedra de molino que nos conduce al fondo del estanque.
Peio Sanchez.
Fuente original: Religión digital.