Cuando viajamos fuera de Italia y encontramos personas nuevas, antes o después nos preguntan donde vivimos … Cuando dices que vives en Roma, la mayoría no se molestan en disimular una mezcla de envidia y fascinación…acompañadas de expresiones de exaltación de la belleza de la ciudad y del recuento de las pocas, muchas o ninguna vez que han tenido la suerte o no de visitarla. Y casi sin dejarles tiempo de mayor reacción nos apresuramos a justificarnos o aclararnos con frases como “si bueno, es una ciudad muy bonita si vienes de turista, pero es compleja, es difícil vivir todos los días, en realidad Roma es …un caos”
Después de más de 16 años de presencia Adsis en esta ciudad, probablemente nuestras palabras o valoraciones iniciales , no sólo no han cambiado , sino que se han consolidado sin remedio…pero junto a ello hemos acumulado, como piezas de un tesoro encontrado, una lista infinita de experiencias de fe , de compromiso , de solidaridad , de comunión eclesial , de fraternidad…riquezas de un valor humano y vocacional que nos llevan a amar este lugar, a estas personas, a este Espíritu que aqui nos trajo y aqui nos mantiene y que tantos desde muchos lugares del planeta , piensan que en Roma sopla, o debería de soplar con intensidad distista, abriendose paso en lengua italiana con acento de Buenos Aires, en medio del caos y de la belleza. Estos son nuestros tesoros:
- La casa abierta
- La fraternidad alargada o la familia fraterna
- La Parola
- Diversamente jóvenes
- Haciendo otras casas solidarias y fraternas: El Tetto y Carini
Para leer el artículo completo haga clic en "descargar".Fuente: Revista Presencia número 26