25 años de opción definitiva de Maite y Juan Luis Murua Pagola
Juntos como hermanos y miembros de una Iglesia, que les ha visto nacer y crecer al amparo de una familia creyente y una comunidad Adsis, la de Gipuzkoa, en la que afianzan cada día sus convicciones, comparten vida y alimentan su vocación de servicio a los jóvenes y pobres. Juan Luis y Maite Murua Pagola, hermanos de sangre y también de fe, celebraron el pasado día 8 el 25 aniversario de su sí definitivo a “estar presente” (Adsis) en su seguimiento fiel a Jesús.
La conmemoración se enmarcó en una eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de Aranzazu, de Lasarte-Oria, de la que Juan Luis es párroco. Un repaso a la vida entregada, entremezclado de sentimientos y emociones, caracterizó la celebración, que contó con la presencia de más de un centenar de asistentes, entre familiares, hermanos de comunidad, asociados, fieles y amigos.
Como peregrinos con la “mochila bien cargada”, -como bien observaba Maite en su comunicación-, y alentados por “lo recibido a manos llenas y gratis”, los dos hermanos no pudieron sino expresar su hondo agradecimiento por el encuentro “con Jesús vivo”, que orienta su vida “hacia el sueño de Dios” y posibilita el milagro cotidiano de la vida fraterna en la que sentirse apoyados, queridos y perdonados.
Así, con el sentido pleno de la eucaristía como acción de gracias, la emoción alcanzó su punto álgido en sus postrimerías. Una proyección de imágenes de la infancia y la adolescencia con el trasfondo melódico de la canción ‘Gracias a la vida’ evocó los albores de fidelidad en un ambiente familiar afectuoso que animó en el fuero interior de cada asistente a sumarse al ‘Gracia a Dios’ iluminado sobre una pared de la parroquia como resumen sencillo, compartido y hondo.
Alberto y José Javier, hermanos de Juan Luis y Maite, avivaron los sentimientos de gratitud y cariño con la interpretación de unos bertsos cuajados de recuerdos, empatía y comprensión. Fue una nota musical que arrancó lágrimas de emoción en un día especial por los 25 años de fidelidad celebrada y, sobre todo, de agradecimiento a la vida y también a Dios.
