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Estimado hermanos y hermanas:

En la imposibilidad de acompañarles en este día que celebran los 25 años de presencia en Valdivia y en Chile, he querido hacerme presente con estas líneas para expresarles mi gratitud por el servicio a la Iglesia diocesana, en los diferentes frentes, que a lo largo de estos 25 años han asumido tanto como Asociación como personalmente, ya sea en servicios laicales como sacerdotales.

La peculiaridad carismática y forma de vida ha sido, sin duda, una riqueza para la diócesis. Nuevas formas de vida consagrada que han visto la luz después del concilio Vaticano II, han dado a la Iglesia un mayor vigor apostólico y una imagen más genuina de la riqueza de su misterio. Las Comunidades ADSIS son un eslabón muy importante en esta cadena de dones que el Señor ha regalado a la Iglesia y de la que nosotros, como diócesis austral, hemos sido bendecidos.

Que el Señor les siga bendiciendo y haga cada día más fecunda su presencia en la diócesis y regale abundantes vocaciones a la Asociación, para realizar la tarea evangelizadora entre los jóvenes y los más marginados de nuestra sociedad.

En la alegría de ver la obra de Dios crecer ante nosotros, les bendice

 

Ignacio Ducasse Medina
Obispo de Valdivia

El día 20 de junio celebramos en Chile el 25 aniversario de la llegada de Adsis a Latinoamérica. Y lo hicimos en la capilla de la Catedral de Valdivia, primera ciudad que nos acogió, acompañados de hermanos y amigos de las comunidades Adsis de Temuco y Santiago, y por muchos amigos y compañeros de camino y misión, algunos de los primeros años, otros de estos últimos.  

La eucaristía la presidió el Padre Nelson Huaiquimil, Vicario General de la Diócesis, en nombre de nuestro Obispo. 

Las lecturas de la Palabra se fueron uniendo a la experiencia vocacional con citas del Credo Adsis: 

“He escuchado la opresión de mi pueblo…” “Ante la injusticia y pecado…”; 

“Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común…” “Creemos que cada día el Padre nos vincula por el Espíritu en comunidad de hermanos…”; 

“Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto…” “…cada día el Padre nos posee más profundamente y nos hace penetrar en la oración…”

El ofertorio fue el momento en el que  presentamos al Señor signos de la vida de este pueblo y de esta Iglesia entre los que hemos intentado ser fieles al carisma recibido:

- Nuestro servicio diocesano en las parroquias San Pablo y San Pío X, de las que hemos aprendido a vivir la fe con sencillez y la fraternidad universal desde una solidaridad permanente.

- El servicio en la Pastoral de Educación Superior, acompañando a numerosos jóvenes en sus búsquedas vitales y en sus búsquedas de fe, haciéndonos familia con ellos. 

- El compromiso social y la animaciòn de la solidaridad con los jòvenes a travès del Voluntariado social. 

- Nuestra casa Adsis, donde los hermanos hemos compartido oraciones, eucaristías, reuniones, convivencias, entre nosotros y con muchos otros. 

- El pan y el vino signos de la vida de los hombres y mujeres de nuestra tierra chilena, con quienes compartimos anhelos y esperanzas. 

 La mesa de la eucaristía se llenó de personas y de muchas manifestaciones de cariño que fueron expresadas en la acción de gracias.  Como recuerdo de este día, al final de la celebración, repartimos un imán con la imagen del mural que está pintado en el frontis de nuestra casa en Valdivia, que recoge muchos motivos valdivianos.

Seguidamente, en el salón de la Pastoral Universitaria que ha sido testigo de tantos encuentros y reuniones, continuamos compartiendo, dialogando, viendo fotos del ayer y del hoy. 

¡Gracias a todos los que nos acompañaron en este día con su presencia y/o con su oración! Sin ustedes no habríamos podido celebrar…

¡Gracias a Dios por habernos llamado a salir de nuestra tierra y por ser hoy comunidad con otros y junto a otros, en esta otra hermosa tierra, nuestra también!

 

Nieves González
(Comunidad Adsis de Valdivia)

Queridos hermanos y amigos:

Recuerdo como si hubiera sido ayer cuando a final de junio de 1990 llegamos los primeros hermanos Adsis a Valdivia. Recuerdo que nos fue a recoger el obispo Alejandro Jiménez al terminal de buses, que el padre Ivo nos visitó enseguida y que así fuimos conociendo a tantos que en esa ciudad nos acogieron no como forasteros sino como hermanos. Jano decía que “Dios es valdiviano”, y es cierto. Al Señor lo fuimos encontrando en las parroquias de San Pablo y San Pío, en la pastoral universitaria, y en tantos espacios y servicios diocesanos en los pudimos participar en estos años. Recuerdo con emoción el día de mi ordenación sacerdotal en el galpón que hacía las veces de catedral, y en los años siguientes tantas eucaristías compartidas, en esa casa de todos en la que hoy están celebrando este 25 aniversario. Es un día para dar gracias a Dios por cómo nos ha acompañado y regaloneado, en Valdivia a los Adsis de la primera hora y a los que han vivido ahí a lo largo de este cuarto de siglo. Para agradecer a Dios este carisma que después de Chile se fue extendiendo por otros pueblos hermanos latinoamericanos. Pero sobre todo es un día para festejar que Dios sigue siendo valdiviano y nos reúne para celebrar tantas luchas y esperanzas compartidas, sobre todo con los jóvenes y los pobres. Ya saben que este tiempo me toca acompañar a mis padres mayores en España, ellos estuvieron allá por dos ocasiones y les envían saludos. Sepan que están en mi corazón y que pido por ustedes especialmente en este día. Que el Señor nos siga manteniendo unidos, en comunión de carismas y servicios, como Iglesia profética y peregrina en camino hacia el Reino.

 

Un abrazo fraterno.
Mariano Montero.
Consejero de la Región Cono Sur

Queridos hermanos y hermanas Adsis, amigos y participantes, querido Padre Nelson, que preside la celebración:

En nombre de todas las comunidades Adsis, quiero compartir con ustedes la inmensa alegría por la celebración del 25 aniversario de Adsis en Chile, nuestra primera presencia en Latinoamérica.

Uno de los acontecimientos más importantes y renovadores para Adsis ha sido la fundación de comunidades en Chile y en los diferentes países del continente, posteriormente. Así, también, creo que ha sido un gran regalo para nuestra querida Iglesia chilena y latinoamericana. Por ello doy gracias a Dios, que tanto nos ha regaloneado en estos años, sobre todo dándonos hermanos y amigos, haciéndonos parte de esa tierra y pueblo chileno, y de su Iglesia peregrina.

Habiendo compartido un tramo de esa historia en los once años que viví en Santiago, siento especial cariño por todos ustedes, y agradezco profundamente haber sido bendecido con tantos encuentros y experiencias que me han transmitido el amor de Dios.

Así pues, gracias a todos los hermanos y hermanas Adsis que pasaron por Chile entregando y  recibiendo vida abundante, gracias a los que hoy siguen construyendo fraternidad con tanta gente, gracias a todos ustedes, amigos y miembros de esa querida Iglesia,  por su acogida y valoración, por caminar junto a ustedes sirviendo al Reino y anunciando a Jesús.

Que el mismo Jesús vivo y resucitado les siga bendiciendo e impulsando a la entrega gratuita y dichosa en el anuncio del Evangelio.

Un fraternal y entrañable abrazo en Cristo

 

Fermín Marrodán Goñi
Moderador General Adsis