Loading...
Alt

 

"Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede. Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?"

(Lc 12, 54-56)

 

Reconocer para poder interpretar y saber elegir. Humildad para reconocer a nuestros hermanos los jóvenes en sus valores, en sus enseñanzas, en sus propuestas. Valor para admitir que aún estamos lejos de aprender con ellos, demasiado ocupados o preocupados en proponer "cosas" y discernimientos que "les ayuden a crecer"... como nosotros pretendemos.

Paciencia para darnos tiempo de reencontrar lo que fue nuestro propio crecimiento vocacional y traducirlo a "los tiempos".

Entrado ya largamente el siglo XXI... nos desconcierta. Estábamos preparados para otra cosa: Para ayudar a leer experiencias, para ayudar a ver la realidad y encontrarse con la Fe en Jesús, para ordenarse en un proyecto de vida vocacional... Los tiempos nuevos se quedaban en "métodos nuevos", dinámicas de grupo nuevasy experiencias fuertes de voluntariado.

Mientras tanto un nuevo paradigma nos pasó por encima: el mundo digital, la insoportable levedad de los compromisos y discursos, nuestra propia vida, la indiferenciade tantos ante lo que amábamos con locura (a Jesús, claro), la verdad y los valores a la carta.

Los jóvenes iban y venían de "Erasmus" o en patera. Nosotros buscando un hueco para nuestra vocación y nuestra "religión" en este mundo (aún estamos en ello).

Asustados. Como sistema de creencias, como discurso alentador coherente el cristianismo y con él nuestra vocación están claramente fuera de lugar...

Pero... (gracias a Dios siempre hay un pero esperanzador) los jóvenes aún buscan, a través de sus nuevos espacios y modos. Y podemos seguir "captando las búsquedas" porque continuamos teniendo una poderosa "colección de símbolos, referencias, valores y propuestas de sentido".

Solo que "la pastoral" ha de integrar una incómoda pluralidad de colores y culturas (también las juveniles regaetoneras me temo), unos discursos menos elaborados, una predilección por lo emocional y por un credo algo más sincrético que nuestras seguras afirmaciones (en el credo apostólico y en el credo ADSIS).

Vamos, que es la hora del "tercer Cristianismo": el cristianismo y la pastoral y la vocación "mestizos"; poco europeos, quizás demasiado simples para nosotros. Y Dios nos llama en estos tiempos, qué le vamos a hacer.

Los jóvenes cantan y bailan y nos invitan a danzar con ellos. ¿Bailamos?