Francisco Alberdi, salesiano: participó en el primer retiro de Eskolunbe
1964. Mes de julio. José Luis pasaba por Deusto camino de Barakaldo para hacerse cargo en verano de su Centro Juvenil. En Deusto, donde se detuvo para saludarnos, accedió gustoso a nuestra invitación de animar “cristianamente” a un grupo de 12 muchachos de maestría, durante el curso escolar, dirigentes más o menos de los grupos de formación (Compañías). Habían aceptado venir a Eskolunbe a pasar unos días de convivencia. Alfonso (cocinero), Patxi Cano (magisterio) y yo, Francisco Alberdi (sacerdote) encargado de la pastoral; éramos los salesianos de la logística.
José Luis nos ganó desde el primer momento: era músico, bien preparado en teología, buen comunicador y acompañante, siempre amable, servicial y alegre, con un espíritu y celo apostólicos excepcionales. Fuimos testigos de la transformación interior y apostólica de aquellos jóvenes y nuestra.
De vuelta a Bilbao, con la promesa de reunirnos más veces, en una de las plataformas que llevaban en los extremos los vagones antiguos del tren, nos propuso el nombre del grupo: ADSIS. Nosotros, mecánicos y electricistas no muy dados al latín, comprendimos su contenido que habíamos asimilado días antes: SER Y ESTAR PRESENTES COMO CRISTIANOS en el ambiente donde nos tocase vivir y trabajar.