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El curso 2020-2021 ha supuesto un desafío pastoral global, que no se parece a nada de lo anterior. Sentimos que han confluido tres “urgencias cristianas”. Por un lado, la pregunta por cómo acompañar la pandemia del Covid 19 y sus consecuencias, que nos ha movido a buscar luces ante esta realidad inédita de limitación y provisionalidad. Junto a esto está el impulso del Papa Francisco, que en los últimos años nos ha llamado y nos sigue llamando con insistencia a no quedarnos en una “pastoral de mantenimiento”, sino a constituirnos como “Iglesia en salida”. 

Y en tercer lugar, el deseo de ser fieles a la Asamblea General Adsis que en 2019 nos envió a abrirnos a nuevos caminos, en la confianza de que el Espíritu de Dios que un día inició Adsis sigue vivo y activo, y hoy nos alienta a ser creativos en esta nueva historia.   

En este contexto surgió en la comunidad de Salamanca la iniciativa del que hemos llamado “Equipo Asesor Adsis”. Se trataba de crear un espacio plural donde algunos Hermanos, Amigos Adsis y jóvenes cercanos hiciéramos un itinerario de mirada común hacia la realidad actual de la parroquia, buscando juntos algunas líneas de fondo para el camino los próximos años. Y todo esto siendo fieles al “estilo pastoral adsis”, creyendo que éste es un don suscitado por el Espíritu para bien de toda la Iglesia. ¿Cómo aportar a la parroquia que nos ha encomendado la diócesis todo el potencial pastoral adsis, justo en esta situación de complejidad y encrucijada? 

En marzo nos constituimos como equipo Antonio, Susana, María, Txelu, Julen y Mariano, y nos planteamos un camino de tres encuentros -abril, mayo y junio-, con un trabajo personal intermedio. En cada uno comenzamos con una oración en la que, con humildad, pedimos la luz del Espíritu. 

En el primer encuentro compartimos lo que espontáneamente decíamos cada uno que es “el estilo pastoral adsis”, para desde ahí abrir un diálogo relacionándolo con la realidad de la parroquia Santa Marta. Todos los del Equipo llevamos años vinculados a la comunidad adsis y comprometidos en esta parroquia. Buscamos un método inductivo: antes que dar documentos escritos, partíamos de la experiencia y la comprensión que cada uno ya tiene, para abrirnos, en la escucha y el diálogo compartidos, a lo que el Espíritu quisiera decirnos…. Y lo que nos dijo fue que, en este tiempo de pandemia, marcado por la distancia social, el aislamiento, el miedo y el sálvese quien pueda, se nos revela más actual que nunca el Dios presente que cada día nos interroga, vincula y compromete. Y se hacen más urgentes que nunca los acentos de la encarnación cristiana, el salir al encuentro, la cercanía y presencialidad, los espacios comunitarios y la iniciativa solidaria. 

En el segundo encuentro dimos un paso más. Entre uno y otro, ahora sí, cada uno leímos y reflexionamos algunos documentos en los que el Movimiento adsis formula su “estilo pastoral”, encarnado en los tres pilares de la acción pastoral de toda parroquia: la Liturgia y espiritualidad, la Catequesis y educación en la fe, y la Pastoral social. En el encuentro compartimos los nuevos acentos que nos suscitaron las formulaciones del Movimiento. Después intentamos señalar aquellos aspectos en los que nos descubríamos llamados a cambiar y crecer en la parroquia. Los desafíos resultantes los expresamos en estas cinco preguntas: 

1.Cómo desarrollar una liturgia con mayor sentido de comunidad, más participativa y vinculada a la solidaridad. 

2. Cómo hacer que la “Catequesis familiar” sea verdaderamente familiar. Y cómo lograr una continuación pastoral con los padres tras la Primera Comunión, aunque sea un pequeño grupo. 

3. Cómo interrelacionar nuestro trabajo con niños, adolescentes y jóvenes, de manera que se dé un proceso continuo de Iniciación cristiana. Y cómo alimentar una formación y crecimiento cristiano en los catequistas, monitores y animadores. 

4. Cómo ofrecer grupos de adultos de crecimiento en la fe, donde orar, formarnos y compartir la vida, uniéndonos a los espacios de celebración parroquiales. 

5. Cómo incluir más y mejor la dimensión social, tanto en la liturgia y espiritualidad, como en los procesos de educación en la fe. 

El tercer encuentro fue un diálogo sobre cada uno de estos grandes desafíos, a partir de lo que cada uno habíamos preparado previamente. De manera que ese día aterrizamos en algunas propuestas, diversas y sugerentes, sobre cómo abordar estos desafíos en los próximos años. 

Al final nos dijimos que sentíamos que sí, que había sido una experiencia del Espíritu… El Espíritu que hizo del caos del inicio de los tiempos oportunidad para una Creación que hoy continúa. El que en Pentecostés llenó a la primera comunidad de un fuego misionero que sigue alumbrándonos. El que un día suscitó el carisma adsis como un movimiento de fraternidad solidaria que se encarnó como alimento, motor y buena noticia para muchos, también hoy. El Espíritu que ahora nos llama a caminar juntos a Hermanos, Amigos adsis y jóvenes cercanos, buscando luces en medio de esta nueva historia que nos toca vivir.