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Así consta en el Decreto Ejecutivo 258 suscrito por el Jefe de Estado el pasado 19 de noviembre de 2021. Cáritas Ecuador, conversó son Mons. Julio Parilla Díaz, ex presidente de Pastoral Social Cáritas Ecuador, quien permaneció en el país al frente de la promoción y gestión social de la Iglesia católica durante 30 años.

Conozcamos su labor desplegada y servicio en los distintos sectores de la comunidad ecuatoriana.

 

¿Qué motivo hay para el reconocimiento a la medalla de la Orden nacional en el Grado de Comendador que le otorgo el gobierno ecuatoriano?

Queda claro. Por una parte, en la intervención del propio presidente, sienten: el gobierno y la sociedad ecuatoriana la necesidad de agradecer el trabajo realizado durante 30 años en el país. Para mí la mejor medalla ha sido esto, el trabajo que con tanta gente he podido hacer a favor del reino y a favor de la sociedad ecuatoriana.

Dicen que es de bien nacido ser agradecidos, que se reconozca mi trabajo y el trabajo de la gente con la que he compartido tantas tareas, pues me parece que es algo hermoso y positivo. Pero también yo, estoy profundamente agradecido al país y como decía en mi intervención para mí la mejor medalla ha sido precisamente poder vivir y trabajar en Ecuador durante estos 30 años.

Por otra parte, la mayor parte de las cosas que yo he podido hacer, ha sido siempre de la mano de Cáritas: Cáritas Riobamba, Cáritas Loja, Cáritas Quito y con Cáritas Nacional, durante tres períodos fui presidente Cáritas Ecuador. Ha sido una de las experiencias más profundas y más ricas de mi vida. Pero sería imposible realizar un trabajo semejante, sino es de la mano y en comunión con tanta gente: gente de Cáritas, voluntarios, trabajadores, sacerdotes, delegaciones de las jurisdicciones que realmente han ido tejiendo una auténtica red de solidaridad. En fin, bienvenida la medalla sí reconoce el trabajo que entre todos hemos realizado.

¿Qué experiencias fuertes vivió durante su labor pastoral en el país’

Han sido muchas, pero para mí han habido dos cosas importantes: una, el tratar de integrar el trabajo social y caritativo en el corazón de las parroquias y de las diócesis, es decir que el ejercicio de la justicia y de la solidaridad formara parte de nuestra pastoral al servicio de nuestro pueblo. Se hizo un trabajo grande, y hoy, Cáritas está presente en todas las diócesis y también en muchísimas parroquias de nuestro país.  Como dice el Papa, Cáritas es la caricia de la Iglesia a favor de la gente más necesitada, ir creando esta conciencia y esta praxis para mí ha sido una alegría muy grande.

Y segundo, en el ámbito sobre todo de Riobamba, también de la mano de la pastoral indígena y campesina, ha sido muy importante todo el trabajo que se ha hecho en la línea de la agroecológica, poder no solo producir de una forma orgánica sino también comercializar de forma orgánica.  A través de los huertos familiares, de los invernaderos de los mercados populares, ha sido una forma esplendida de meternos en el espíritu de la Laudato Sí. Ha sido un trabajo muy bonito que ocupó la mayor parte de las preocupaciones de Cáritas Riobamba.

Así también, tenemos la presencia de Cáritas en medio de tantos desastres naturales, pienso en el terremoto que sufrimos en la costa especialmente en Esmeraldas y Manabí, pero también pienso en el terrible terremoto que sufrió Haití, la construcción de casas, de capillas, de centros comunitarios y sobre todo la presencia física de Cáritas Ecuador con nuestros hermanos de Haití, pues ha sido un gesto evangélico y un servicio social de primer orden. Cáritas Ecuador ha estado siempre presente, ahí donde los desastres hirieron a nuestros pueblos.

Yo guardo con mucha emoción todo lo que significó el trabajo solidario durante el terremoto ecuatoriano y también todo el trabajo realizado en el pos terremoto, no se trató solo de ayudar económicamente a construir casas, sino que se trató de acompañar y de hacer comprender a toda la sociedad ecuatoriana, que aquella era una hora de profunda solidaridad

¿Cuál es la evolución de Cáritas Ecuador, que ha pasado en estos años?

Ha existido una evolución muy significativa, al principio cuando empezamos a trabajar, Cáritas no estaba del todo presente en el tejido de las parroquias y creo que el trabajo realizado para promover la creación de las Cáritas parroquiales eso fue configurando una Cáritas menos asistencialista, menos dependiente del dinero extranjero y sobre todo una Cáritas vinculada a la comunidad.

Esta conciencia de que Cáritas tiene que ser el rostro solidario de la comunidad cristiana creo que ha sido un avance muy importante. Por otro lado, hay que agradecer que Cáritas, también con la ayuda de muchas agencias y de muchas personas, ha ido profundizando en sus proyectos, que hoy son proyectos más realistas más a la medida de las necesidades y posibilidades de nuestro pueblo.

¿Cómo está el ejercicio de la solidaridad en el Ecuador?

Creo que hemos avanzado, hay mucha gente de la mano del magisterio del Papa, pero también a la luz de todo lo que hemos insistido en estos años, va comprendiendo que no puede haber vida cristiana sino hay justicia social y una profunda solidaridad. En este sentido creo que la cooperación de tanta gente, que desde el voluntariado o simplemente desde el aporte material económico que hace a Cáritas, esto ha hecho que la solidaridad sea una clave pastoral importante para nuestro trabajo.

Ecuador es un país muy vulnerable, es un país que siempre va a necesitar de la solidaridad de todos y muy especialmente de los que más tienen. Los bienes tienen que ser un instrumento de solidaridad, de reconciliación y de promoción de todos, especialmente de los más pobres.

¿Qué desafíos tiene Cáritas Ecuador?

Cáritas siempre va a tener desafíos importantes, un desafío es no separar nunca Cáritas de la comunidad, la comunidad parroquial, la comunidad diocesana es el ámbito natural de las Cáritas.   Cáritas y comunidad van de la mano.

Creo que hay un gran desafío, seguir profundizando esta conciencia social y eclesial en el corazón de la sociedad y en el corazón de nuestro pueblo, darnos cuenta de que Ecuador y el mundo necesitan de la solidaridad de todos, hoy eso lo vemos a nivel geopolítico. La propia pandemia nos ha hecho comprender hasta qué punto dependemos unos de los otros, pero también lo experimentamos en el ámbito más inmediato de nuestras ciudades, campos y de nuestras comunidades eclesiales. Es necesario vivir con espíritu de profunda solidaridad y profundo compromiso social.

Creo también que un desafío, es desde esta presencia de Cáritas en la realidad social de nuestro pueblo, comprender que no podemos seguir dependiendo de las ayudas que vienen del exterior, de las agencias católicas en su mayor parte, ese planteamiento se cae por su propio peso, primero por la situación económica del mundo y de los países que nos han ayudado profundamente, los pobres son nuestros y nuestra gente tiene que ser la responsable de responder a estas necesidades. Por eso, ahí Cáritas tiene un desafío de comunicación, de presencia en medio de la sociedad para ser lo más autónoma y auto suficiente desde el propio compromiso ecuatoriano. Eso supone procesos de comunicación de motivación, iniciativas sociales de llegar al corazón de todos para que todo cristiano comprenda que tiene que sostener la obra social de la Iglesia. La Iglesia muchas veces llega donde no llegan las instituciones oficiales, eso pasa en el Ecuador y en todo el mundo.

Aquello que decía Jesús, “los pobres los tendréis siempre con vosotros “, vale también para los países ricos. Norteamérica, Europa está llena de pobres, llena de migrantes, de refugiados, de mendigos, gente de la calle, necesitamos que Cáritas alcance a todos y haga esta tarea de solidaridad y acompañamiento que va más allá de una limosna. En fin, son desafíos que hay que seguir madurando, pero Cáritas tiene que seguir ofreciendo rostro y responder al llamado del señor Jesús: “Tuve hambre me diste de comer, estuve necesitado de tantas cosas y tú estabas a mi lado”, esos es lo más importante y ojalá que la satisfacción, el trabajo con los pobres y necesitados sean la mejor medalla que nos puedan otorgar.

 

Fuente original: Cáritas Ecuador