"Un grupo plural y heterogéneo de cristianas y cristianos de Bizkaia, más de 75 personas, convocadas por HOAC Bizkaia, Ostargi, Comunidad de Andramari de Atxeta, Comunidad cristiana de Ibarrekolanda, Berpiztu, Betania LGTBI y Comunidades Adsis de Bizkaia nos juntamos el pasado 26 de abril de 2023 para compartir cómo vemos y vivimos nuestra realidad eclesial local!"
"Nuestra intención es seguir juntándonos para continuar compartiendo nuestras visiones, enriquecer la mirada diagnóstica y, en la medida de lo posible, identificar propuestas e iniciativas que nos parezcan oportunas e interesantes"
"Queremos hacerlo en abierto, ofreciendo a toda la Iglesia de Bizkaia, desde la humildad y honestidad, nuestras reflexiones, dudas, ideas e intuiciones"
"Este documento que a continuación se presenta recoge lo trabajado en los distintos grupos que se conformaron en el encuentro de abril. De sus reflexiones y conclusiones, se ha elaborado un documento que será la base para el diálogo sobre ideas y propuestas concretas en el próximo encuentro que se realizará el próximo 16 de noviembre de 2023"
Un grupo plural y heterogéneo de cristianas y cristianos de Bizkaia, más de 75 personas, convocadas por HOAC Bizkaia, Ostargi, Comunidad de Andramari de Atxeta, Comunidad cristiana de Ibarrekolanda, Berpiztu, Betania LGTBI y Comunidades Adsis de Bizkaia nos juntamos el pasado 26 de abril de 2023 para compartir cómo vemos y vivimos nuestra realidad eclesial local. Queríamos dar un primer paso para encontrarnos y tomar el pulso de la situación sin más pretensión que conocernos, compartir y expresarnos de forma libre y transparente. Porque el futuro de nuestra Iglesia nos preocupa.
Nuestra intención es seguir juntándonos para continuar compartiendo nuestras visiones, enriquecer la mirada diagnóstica y, en la medida de lo posible, identificar propuestas e iniciativas que nos parezcan oportunas e interesantes.
Queremos hacerlo en abierto, ofreciendo a toda la Iglesia de Bizkaia, desde la humildad y honestidad, nuestras reflexiones, dudas, ideas e intuiciones. Y sabiendo que no tenemos ni la verdad ni la razón pero sí la preocupación y la responsabilidad de hablar. Porque es de nuestra Iglesia de la que hablamos y nos importa su futuro.
Este documento que a continuación se presenta recoge lo trabajado en los distintos grupos que se conformaron en el encuentro de abril. De sus reflexiones y conclusiones, se ha elaborado un documento a partir del cual seguir trabajando y hablando, y que será la base para el diálogo sobre ideas y propuestas concretas en el próximo encuentro que se realizará el próximo 16 de noviembre de2023.
Animamosa una lectura atenta deldocumento yseutilicen lassiguientes preguntas:
1- ¿Con qué aspectosdeldocumentoestás más de acuerdo?
2- ¿Qué elementos deldocumentosonlosque menosteconvencen?
3- Escribe lasaportaciones al documentoque estimesoportunas.
Lasrespuestassepuedenenviarantesdel10denoviembrealadireccióndecorreo:
encuentrocristianasycristianos@gmail.com
Observamos…
1.- A muchos compañeros y compañeras de nuestras comunidades y grupos, que están trabajando en diferentes programas con personas en situación de vulnerabilidad: sin vivienda, sin trabajo, sin garantías de alimentación, migrantes, personas en soledad, etc. Y también sabemos de cristianos y cristianas de mediación en los espacios civiles con escasa visibilidad en nuestra iglesia diocesana. Las percibimos como el rostro más visible de la presencia encarnada de Jesús y del anuncio, claro y radiante, del corazón del Evangelio.
2.- El surgimiento de un creciente interés por la espiritualidad. Y también una enriquecedora pluralidad, así como un modesto diálogo, presidido por el reconocimiento de lo que tenemos en común, sin renunciar, por ello, a la singularidad del seguimiento de Jesús de Nazaret.
3.- Que las mujeres, a pesar de la falta de reconocimiento que padecen y de la ausencia de nombramientos en pie de igualdad, son quienes mayoritariamente sostienen, día a día, con mucha dedicación y esfuerzo, nuestra Iglesia diocesana.
4.- Como algo muy positivo, el número de personas que, procedentes de América, África, este de Europa y otros lugares del mundo, enriquecen nuestra iglesia local y nuestras diferentes comunidades.
Sentimos…
5.- Que a pesar del alto grado de profesionalización técnica en muchas de las labores que se realizan, todas ellas muy loables, no se ha desarrollado la mística y la espiritualidad en la intervención. No logramos saber cómo mantener una relación adecuada entre las dos realidades que han de ser capaces de convivir, poniendo un especial énfasis en la mística que surge de la experiencia de encuentro con Jesús de Nazaret en los últimos de nuestros días.
6.- La disminución significativa a todos los niveles –tanto en la jerarquía como en los diferentes colectivos e instituciones- de una Iglesia diocesana con voz profética que, a la vez, que denuncia y orienta, ocupa el lugar que también le corresponde en la vida pública.
7.- Un déficit de conocimiento global de distintas iniciativas evangelizadoras, en particular, de las que, surgiendo en medio de la sociedad civil de hoy, son impulsadas por personas y comunidades seguidoras de Jesús en espacios externos a la Iglesia. Conocemos únicamente las del entorno cercano, bien por cercanía geográfica o por proximidad afectiva o relacional previa.
8.- Que en muchas ocasiones las celebraciones están desconectadas de la vida, de la manera de hablar y expresarse habituales entre nosotros y nosotras, en las que es muy difícil experimentar que se está celebrando la Buena Noticia. No es una cuestión de“envoltorio” o de forma. Las celebraciones, cuando son vividas con cercanía y las personas las entienden y se conectan a ellas, generan comunidad y compromiso y son, a la vez, expresión de su existencia.
9.- El debilitamiento del laicado y de las parroquias, no sólo por la disminución de personas, sino porque las liturgias no están a menudo renovadas y se dirigen a la gente con un lenguaje arcaico y sexista. Las mujeres, que son mayoría en el laicado, no están en el foco principal de la Iglesia, no ocupando -de forma igualitaria- los mismos espacios de servicio y responsabilidad que los varones; en el caso de que sientan el llamado de Dios y tengan vocación para ello.
10.- Una tendencia al conservadurismo en nuestra iglesia local, incompatible con la pluralidad que se aprecia en nuestra sociedad, que acaba arrojando una imagen social según la cual quienes formamos parte de ella somos cada día más cerrados y cerradas, muy clericales y con dificultades para participar en la transformación de la sociedad. Lo relacionamos con las dificultades que tienen las personas jóvenes para acoger el corazón del Evangelio: su mayoritaria sensibilidad generacional no pasa por este modelo de iglesia que, además, prima prácticas espirituales, criterios morales o modos de vida más propios de otro tiempo que el nuestro.
Y por eso deseamos:
11.- Una Iglesia que favorezca la identificación e intercambio de diferentes experiencias evangelizadoras, tanto en el interior como en el exterior de nuestra iglesia local, para compartirlas, contrastarlas, reproducirlas e identificar nuevas formas de compromisos creativos que le den una cara y un tono diferente. Y que, en coherencia con ello, se dé más escucha al testimonio de cristianos y cristianas de mediación y que se propicie una lectura abierta y creativa (por evangelizadora) del código de derecho canónico, tal y como se viene haciendo en otras diócesis de Europa y del mundo.
12.- Que se impulsen celebraciones litúrgicas realmente conectadas con la realidad y que trasmitan la vida del Evangelio porque:
- se dignifica a las mujeres, se emplea un lenguaje inclusivo que las visibiliza,
- se proponen lecturas alternativas que también reflejan la presencia de Dios en nuestro mundo y su encarnación en la realidad,
- se habla de lo que pasa a la gente,
- se acoge a todas las personas, independientemente del género o de su orientación sexual, y se comparten todas las iniciativas de transformación social,
- se favorecen espacios de encuentro y diálogo entre la espiritualidad cristiana y el resto de las espiritualidades.
Esto implicaría el refuerzo del departamento diocesano correspondiente y que se impulse una formación de los oportunos ministerios eclesiales.13.- Que se abra un proceso de reflexión sobre la necesidad de instituir o reconocer el ministerio de la caridad y de la justicia, diferente -y, a la vez, interrelacionado- del trabajo realizado por los profesionales y en estrecha relación con el voluntariado.
14.- Que se abra un proceso de reflexión sobre la actual pastoral vocacional y sobre el perfil del presbítero que se viene primando estos últimos años y sobre el que necesita nuestra diócesis en un futuro próximo.
15.- Que la Iglesia, a través de sus pastores y representantes, haga oír su voz en la vida pública sobre algunos de los problemas más urgentes que la agitan y que promuevan o, al menos, den voz a quienes se hacen presentes –como seguidores y seguidoras del Nazareno- en las mediaciones cívicas de las que se dota nuestra sociedad.
16.- Que se evolucione de un discurso sinodal buenista, retórico y complaciente, al impulso de cambios concretos y poniendo en marcha prácticas sinodales reales, iniciando transformaciones concretas a todos los niveles, reforzando con convicción los espacios de participación y haciendo que los espacios que son meramente consultivos pasen a ser decisivos y vinculantes o, al menos, codecisivos, a partir de criterios compartidos y corresponsables.
Estos deseos sólo serán posibles con una comunidad cristiana consciente y activa, atenta a la realidad, y un Obispo que, con sus más cercanos colaboradores, los anime de forma decidida.
Epílogo
Somos conscientes de que el primer encuentro de primavera (del 26 de abril de 2023), cuyas reflexiones están reflejadas en las páginas anteriores, fue como una especie de lluvia de ideas sobre asuntos de actualidad eclesial y social. En el próximo encuentro al que convocamos, que se realizará el 16 de noviembre de2023, queremos usarlo como referencia para la reflexión y análisis, buscando propuestas concretas en algunos aspectos de nuestra realidad eclesial.
Como antesala de ese encuentro para poner sobre la mesa propuestas concretas, queremos difundir algunas iniciativas reales que se están impulsando en otras diócesis y que están relacionadas con:
- la corresponsabilidad en general -y, de manera particular, con la presencia de mujeres- en el gobierno eclesial,
- la dimensión caritativa y de la justicia de toda la comunidad cristiana y a su necesaria ministerialidad eclesial,
- la importancia de la celebración litúrgica y de la espiritualidad de nuestras parroquias y comunidades de manera articulada con las restantes dimensiones, las de la evangelización y la caridad y la justicia.
- la apertura de un gobierno, magisterio y organización codecisivos o vinculantes de la diócesis
Las ofrecemos a modo de epílogo del documento que recogió lo compartido en el encuentro del 26 de abril.
Experiencia1:A la luz de las decisiones adoptadas por mons. Charles Morerod, arzobispo de la diócesis de Lausana, Ginebra y Friburgo, así como del obispo de Aquisgrán, Helmut Dieser, vemos adecuado un proceso de información y discernimiento diocesano para que sea posible la coexistencia de la tradicional figura de los “vicarios episcopales” y de las “vicarías territoriales” con la de los “representantes del obispo” y “zonas pastorales” al frente de las cuales puedan estar laicos y, de manera particular, laicas. E, igualmente, que los diferentes consejos diocesanos puedan ser -en todos sus niveles y de manera habitual- codecisivos y solo excepcionalmente consultivos1. Nuestro obispo y su equipo de gobierno pueden posibilitar ese proceso informativo y de discernimiento.
Experiencia2:En sintonía con lo indicado al respecto en su día por el Papa Francisco sobre el ministerio de la caridad y de la justicia, es importante ampliar la información sobre la presencia eclesial en los ámbitos de la caridad y de la justicia por parte de otras iniciativas cristianas, además de la desarrollada por Caritas diocesana. Y, sobre todo, abrir un proceso de información y discernimiento diocesano sobre la necesidad de instituir y reconocer el ministerio de la caridad y de la justicia; diferente -y, a la vez,
1 Las personas interesadas en la implementación de esta propuesta pueden consultar: : https://www.religiondigital.org/mundo/Charles-Morerod-Iglesia-lausana-ginebra-friburgo_0_2344565525.html Cf. Ibid., https://baf-fcb.blogspot.com/2021/05/en-suiza-monsenor-charles-morerod.html Cf. Ibid., https://www.katholisch.de/artikel/33667-bischof-dieser-will-synodalen-rat-im-bistum-aachen-schaffeninterrelacionado- con el trabajo realizado por los profesionales de Cáritas y en estrecha relación con el voluntariado2.
Experiencia3:Es importante propiciar, siguiendo la pista abierta por Juan Pablo II en Asís (1986) y continuada por el Papa Francisco (2016), encuentros no solo ecuménicos, sino también interreligiosos en todos los ámbitos diocesanos. E, igualmente, que, en continuidad con las decisiones recientemente tomadas por el arzobispo de la diócesis de Turín, mons., Roberto Repole, y, hace más tiempo, por el arzobispo de Poitiers, mons. Albert Aubert- se impulse un proceso de información y discernimiento diocesano en el que las parroquias cuenten con equipos ministeriales que, propuestos por las mismas comunidades, estén formados por, al menos, tres ministerios: el de evangelización, el de la caridad y la justicia, además del referido a la vida espiritual, celebrativa y litúrgica. Entendemos que una apuesta de este calado pasa por abrir, a la vez, un tiempo de reflexión sobre la recolocación de los llamados laicos liberados al servicio de la diócesis3. Nuestro obispo y su equipo de gobierno pueden posibilitar ese proceso informativo y de discernimiento.
Experiencia4:En la Iglesia alemana se ha abierto un proceso de discernimiento que, titulado, “dialogar y decidir juntos”, busca superar el modelo monárquico y absolutista de gobernar, impartir magisterio y organizar la diócesis. Con tal proceso de discernimiento, se busca propiciar un nuevo modelo de Iglesia que, contando, de manera particular, con el impulso al respecto del obispo del lugar y de todo el ministerio ordenado en general, se plasme en “estructuras vinculantes de participación y codeterminación de los fieles en la diócesis” “sobre la base de su responsabilidad en todas las cuestiones esenciales de la vida y misión de la iglesia”4. Echamos de menos la recuperación de un modo de gobierno en el que el obispo y los ministros ordenados - antes de la llegada de mons. Blázquez y en sintonía con la Asamblea diocesana- se comprometían a respetar los acuerdos tomados por mayoría cualificada en los diferentes consejos. En comunión con otras iglesias europeas y de otros continentes, creemos necesario superar esta pérdida y restablecer este modo codecisivo o vinculante y corresponsable de ser Iglesia.
Bilbao, 19 de septiembre de 2023
2 Las personas interesadas en conocer la identidad teológica y espiritualidad de este ministerio de la caridad y de la justicia pueden consultar: https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2019/may/documents/papa-francesco_20190527_caritas-internationalis.html
3 Las personas interesadas en la información sobre estas dos experiencias pueden consultar: https://baf-
fcb.blogspot.com/2023/07/por-que-los-laicos-codirigiran-iglesias.html Cf. Ibid., https://www.religiondigital.org/opinion/posible-renovacion-pastoral_0_1926407397.html yhttps://www.religiondigital.org/opinion/posible-renovacion-pastoral-II_0_1926707358.html
4 Se puede consultar http://baf-fcb.blogspot.com/2023/09/dialogar-y-decidir-juntos-como-puede.html
Fuente: Religión Digital