Jóvenes en Togo: Comprender y acompañar

¿Cómo situarnos para comprender y acompañar a jóvenes en Togo? Esta pregunta surge de nuestra presencia con jóvenes en Togo. Tenemos relación con bastantes jóvenes y queremos hacer un camino de inculturación, de profundización en sus valores y cultura, para así acompañar mejor.

Es por eso que el equipo que acompaña la presencia en Togo, y algunas personas más, hemos tenido dos sesiones formativas al respecto, ayudados por Yago Abeledo, un religioso de los Padres Blancos con experiencia de acompañamiento a jóvenes en varios países de África.

Lo primero que hicimos fue tomar conciencia de los modelos mentales que nos condicionan en las relaciones con los demás, y reconocer la importancia de un trabajo interior personal para evidenciar ese inconsciente que nos configura y acompaña. A partir de ahí nos hicimos algunas preguntas: ¿Qué motivaciones y expectativas de fondo tenemos? ¿Cómo respetar el proceso que hacen las personas desde su propia cultura? ¿Cuáles son los criterios formativos? La necesidad de confiar en el camino que hace cada cual y uno mismo. Los procesos tienen algo de misterio, de milagro.

En un contexto de carencia y pobreza garantizar las necesidades básicas para posibilitar procesos.

Dando un paso más, profundizamos en algunas herramientas de discernimiento para posibilitar un acompañamiento de calidad. Vimos algunas actitudes que facilitan procesos de transformación:

• Crear espacios seguros donde la gente se sienta bien, ella misma
• Normalizar la confusión y el caos, que son estados normales en el desarrollo de procesos, y acoger la inteligencia de las crisis.
• Reconocer que en todos hay un anclaje, la intuición de que hay un cimiento, y que al compartirlo se refuerza el enriquecimiento mutuo. Necesidad de contemplar el proceso de las personas.
• La importancia de la conexión interior, el trabajo personal, el cuestionarse de manera constructiva.
• Reconocer que no hay transformación profunda si no nos escuchamos a nosotros/as mismos/as y a los demás. Escuchar la dimensión emocional de nuestro ser.
• El poder de la imaginación, dándole cabida en nuestro proyecto de presencia. Compartir el sueño que tenemos, acogiendo e integrando el sueño de los y las jóvenes. Empoderar y hacer que sea algo orgánico, transformativo, dando cabida a una reevaluación constante.
• Activar el momento presente, el aquí y el ahora, sin sobre-preocuparnos por el pasado o el futuro. El Espíritu Santo ser revela en el momento presente. Disfrutar de esa visión.