En la parroquia de San José Obrero en Paso de Carrasco estamos viviendo una experiencia inédita en Uruguay. Paso Carrasco ha sido desde siempre una Comunidad Parroquial abierta, eso ha permitido que se nutriera de diferentes personas que fueron compartiendo un estilo de vivir la fe en comunidad. Esto ha permitido generar vínculos que al momento presente han ayudado al desafío de asumir la responsabilidad de gestionar y animar la Parroquia en sus diferentes actividades.
Nos ha ayudado para esta experiencia el caminar comunitario desde hace varios años. Posiblemente sin darnos mucha cuenta, se fue viviendo un fuerte sentido de Comunidad Parroquial, donde todos y todas se han ido haciendo co-responsables; cada vez que el único sacerdote que tenía la parroquia salía fuera o estaba ausente la comunidad asumía actividades pastorales orientadas y dirigidas por laicos (como las celebraciones de la Palabra)
El trabajo que se realizó para la Asamblea Eclesial y el Sínodo fue plataforma y un camino que se fue abonando un espíritu de fraternidad y de caminar juntos/as. De entender que la vida parroquial no depende solamente del sacerdote; que todas las personas laicas podemos y tenemos un rol
Así que cuando el P. Pedro Antón expresó su deseo de volver a España y el Obispo nos manifestó la incapacidad de poder destinar un sacerdote a nuestra parroquia. Se habilitó una serie de reuniones de la comunidad parroquial, el sacerdote saliente y el Obispo. Fueron reuniones duras, llenas de incertidumbres, de miedos, con resistencias al cambio y sensación de abandono… pero de una gran oportunidad para oir todas las voces, de escucharnos y de ir fortaleciéndonos. De a poco nos fuimos dando cuenta que esta experiencia va a ser necesaria en otras comunidades parroquiales. Se sintió una fuerte conexión y unas ganas de ir adelante, de sentir que todos y todas somos importantes y que el aporte de cada persona, por más pequeño que sea, era y es importante.
Desde el principio, el Obispo ha estado presente en este proceso, dando su apoyo permanente y animándonos a asumir esta experiencia. Cabe destacar la formalidad dada a este proceso, donde el Obispo nombró un Equipo Coordinador para gestionar la Parroquia, por eso firmó un documento quedando formalizado este proceso.
No solo han seguido trabajando los grupos que ya existían, sino que se han formado otros nuevos con mucha responsabilidad por su tarea ( ministras de la comunión…). Se vive fuertemente la convicción de que es factible gestionar las actividades con un espíritu comunitario y un profundo respeto por las opiniones de los otros/as aunque a veces no estemos de acuerdo.
Toda la comunidad vivió con preocupación cómo celebrar los sacramentos y celebrar la eucaristía, pero el Señor nunca abandono a sus hijos/as así que tuvimos la suerte de que dos sacerdotes vinieran a la celebrar una vez al mes; de tal manera que tenemos eucaristía cada 15 días. Esto también supone un cambio interesante ya que a no tener sacerdote la parroquia y venir de afuera los sacerdotes; son ellos lo que se adaptan al estilo y vivencia de la parroquia y no al revés.
Sentimos el apoyo del Obispo, los que nos da ánimo para seguir adelante. Es un desafío que recién empieza y es tarea de todos poder mantenerlo. En eso estamos, agradecidos y viendo como vamos creciendo juntos en conciencia y responsabilidad sabiendo que hay mucho por hacer y mejorar.
ARLETTE, CATEQUISTA DE LA PARROQUIA S. JOSÉ OBRERO
Viví el encuentro con mucha alegría! Gracias a Mari Carmen por la preparación y a todos por priorizar la comunidad a sus actividades cotidianas!! Hay tantos dones entre nosotros!! Fui recorriendo cada grupo con su foto y no podía dejar de pensar en esto. La resiliencia y fuerza de las Pequegrasu, el humor y la alegría de los Supergenios, la profundidad y disponibilidad en el compromiso de los PCP (Adelita y Julio), la constancia y fraternidad de las de Casita, la velocidad de adaptación del grupo de la Esperanza, la entrega y solidaridad del grupo de la Esperanza, la entrega y solidaridad del grupo del ministerio de la Eucarístia, la energía y creatividad de los Jóvenes Obreros, la sensibilidad y disponibilidad de las Catequistas, la capacidad de replantearse y renovarse de Adsis.
Demos gracias al Señor por tanta gracia, por mostrarse con tanta fuerza en medio de tanta mala noticia y tanto titular horrorizante… El está en medio de nosotros, aleluya!!