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Lamentamos con profundo pesar el fallecimiento de Marcos García Diego, un querido antiguo miembro de la comunidad de Adsis en Salamanca. Con una dedicación ejemplar a su fe y a su comunidad, Marcos fue un diácono permanente que dejó una huella imborrable en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.

Marcos sirvió en la Diócesis de Salamanca durante muchos años, y su compromiso con el diaconado fue una manifestación clara de su dedicación al servicio de los demás. Durante su tiempo como diácono, se destacó especialmente por su labor como responsable de asistencia religiosa en la prisión de Topas. Allí, Marcos ofreció apoyo espiritual y humano a los internos, mostrando una profunda capacidad de empatía y comprensión. Su trabajo en la cárcel no solo brindó tranquilidad a quienes se encontraban en situaciones difíciles, sino que también fue un catalizador para la esperanza y la transformación en sus vidas.

Su participación activa en la comunidad religiosa de Adsis, así como en iniciativas de apoyo social, refleja los valores del servicio y la caridad que siempre defendió. Marcos contribuyó al fortalecimiento de la fe en la comunidad local, promoviendo la espiritualidad y el desarrollo humano a través de diversas actividades y programas. Su legado perdurará en las numerosas vidas que tocó y en el ejemplo de vida cristiana que nos dejó.

Desde Adsis, damos gracias a Dios por el don que fue Marcos García Diego para todos nosotros y nosotras. Nos unimos en oración por su eterno descanso y por el consuelo de su familia y seres queridos en estos momentos de dolor. Su memoria vivirá en nuestros corazones y en nuestras acciones, recordándonos la importancia de servir con amor y dedicación.

Que su alma descanse en paz.