“Hacer algo diferente, tener nuevas experiencias... Dedicar el tiempo libre para poder ayudar”. Más claro, imposible. Los ocho jóvenes que en junio dedicaron tres días de sus vacaciones a profundizar en el sentido del voluntariado en Gipuzkoa desde la experiencia y la reflexión recurrieron a los motivos habituales de toda persona de su edad sensible con personas necesitadas. Fue así cómo se ejercitaron en la residencia Atzobakar de Lasarte-Oria o en el programa Aukera de Cáritas, con ilusión renovada cada día por hacer más llevadera la vida de otros. El campo de trabajo les ayudó a todos ellos a conocer de cerca situaciones de necesidad y hacer evidente la motivación de palpar “la vida real”.
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