(Jesús Bastante).- Peio Sánchez es sacerdote de Barcelona, y alma mater de la Semana del Cine Espiritual, que en estos días está celebrando su XII edición en toda España. Un cine comprometido, que apuesta por valores. La entrevista coincide con los últimos días delcardenal Sistach en Barcelona. Peio subraya que el purpurado "ha hecho una presencia de comunión, de conjuntar la Iglesia diocesana", y pide a su sucesor "que sea capaz de poner puentes en los territorios donde se hace más difícil ponerlos", en un momento especialmente complicado en las relaciones Cataluña-resto de España. "Nuestra misión es tender puentes, y trabajar para hacerlos posibles".
Peio es sacerdote en Barcelona y viene a presentarnos la XII Semana del Cine Espiritual que se está presentando en Madrid. Doce años ya con un cine comprometido, que apuesta por unos valores de sociedad.
Es una iniciativa de la Conferencia Episcopal Española a través del departamento de juventud. En este momento se extiende por casi todas las diócesis de España.
Es una propuesta de cine especialmente dedicado a los jóvenes que pretende ofrecer una mirada al cine distinta, de reflexión y acceso al misterio espiritual que aparece en muchas películas.
Sabemos que muchas de las películas que tenemos en cartelera resultan muy interesantes si se profundiza desde el punto de vista de la fe. Este tipo de estrenos es el que ofrecemos a los jóvenes, con unos materiales didácticos. Esto permite que el joven vaya al cine, después pueda asistir a un comentario sobre la película y por fin en el aula, permitirle una profundización a través de los materiales didácticos.
Es poco conocido pero es uno de los grandes acontecimientos de la sociedad española. Estamos hablando de que en una semana 150.000 jóvenes que se reúnen en toda España en torno a un objetivo común.
Más o menos la misma cantidad de espectadores que en el festival de San Sebastián.
Nos encontramos con un lugar de diálogo de la Iglesia y la cultura, en este caso la cultura audiovisual.
Durante muchos años se ha visto a la Iglesia como la censuradora, la que calificaba moralmente los contenidos del cine, pero hoy está ofreciendo el cine que representa valores espirituales. Animando,especialmente al público joven, a consumir un tipo de cultura que tenga una profundidad pero que a la vez tenga un valor comercial.Porque las películas de este año, por ejemplo "El Hobbit", la trilogía de Tolkien que es un inspirador espiritual y que muchos jóvenes han visto pero no han accedido a la carga teológica, al valor de sentido que tiene esta lucha del bien y del mal.Y Shelma, que recoge la figura de Martin Luther King junior y que además representa que la religión y la fe no son un problema sino que colaboran en la solución de los grandes problemas sociales desde la no-violencia.
¿Se ha dado un paso más allá, como trabajar con las productoras y con los guionistas con propuestas para el tratamiento de determinados asuntos?
Sí. Primero hay que tener en cuenta que este mundo tiene un carácter internacional. Se puede pensar en cine español, pero para abordar el cine hay que pensarlo internacionalmente.
En España ya tenemos algunas distribuidoras con las que colaboramos habitualmente. Proponemos películas mutuamente para que entren al circuito comercial. En este sentido ya tenemos unos cuantos empresarios de cine que están trabajando sobre el cine espiritual.
En cuanto a la producción nos interesa el carácter internacional. Actualmente y en colaboración con la Filmoteca vaticana estamos asesorando películas que se están realizando. Productoras de carácter espiritual en sus producciones nos piden asesoramiento.También estamos proponiendo películas.
Ahora trabajamos sobre una propuesta en torno a la figura de Gaudí con una producción internacional de máximo relieve. Estamos interesados, y se están moviendo ya los elementos para poderlo lanzar.
Es decir que asumimos entrar en el mundo del cine para proponer cosas interesantes.
Estamos hablando de cine espiritual y en valores. No exclusivamente religioso.
Entendemos por cine religioso el que presenta todas las religiones. Pero después con un carácter más abierto, está el cine espiritual que plantea las grandes cuestiones del hombre en profundidad. El que hace una mirada al misterio y al carácter espiritual. Trabajamos mucho el diálogo interreligioso a través del cine.
La Muestra de Cine Espiritual de Cataluña se realiza en la filmoteca de Cataluña. Es una iniciativa del departamento de asuntos religiosos de Cataluña.
En este momento lanzamos un programa con películas de estreno de todas las religiones favoreciendo el diálogo. También películas de cultura laica, que plantean el tema de la transcendencia, como "El primer hombre", basada en la novela de Albert Camus y que dirige Gianni Amelio. Y otras películas que tienen interés desde el punto de vista antropológico y nos proponen cuestiones abiertas. Por eso lo llamamos cine espiritual.
¿Qué película harías para entender la situación actual de la Iglesia española?
No es fácil, yo creo que lo más interesante siempre son las historias mínimas. En la realidad de la Iglesia hay muchas: un servicio que se hace en un lugar de Cáritas, en un rincón, y que tiene repercusiones en la acogida de refugiados, la experiencia de los educadores...
Si pensamos en una historia de poderes, o de imágenes, yo no le veo tanto interés. Sí, a la historia degrades guras como Gaudí o Santa Teresa de Jesús. Ahí tenemos cosas interesantes por hacer.
Con Gaudí estamos tocando momentos históricos del final de la construcción de la Sagrada Familia el proceso de beatificación. El tipo de ejemplo de buenos profesionales en sus ámbitos de trabajo y que no estaban imbuidos de clericalismo, por decirlo así.
Claro, yo creo que es más interesante hoy proponer este cine. También el cine que presente a los creyentes, porque el hecho es que muy mayoritariamente la experiencia no es una cuestión de curas, y estas historias son las que necesitamos más.
Hace poco ha salido una película sobre el papa Francisco basada en el libro de Elisabetta Piqué ¿Cómo ves el guión del pontificado de Francisco?
Todos participamos del entusiasmo que suscita no sólo en sus gestos, también en sus palabras y lo que representan sus decisiones: el acercamiento de la Iglesia a las personas, a los pobres. El diálogo cercano con los problemas de la gente y sus dificultades reales. El adecuar la vida y la estructura de la Iglesia precisamente a estas necesidades cambiantes.
En Barcelona tuvimos la experiencia del Congreso de las Grandes Ciudades, que recepcionó el Papa y que fue piedra de toque de cómo cambiar la pastoral cuando todo está cambiando.
Tanto en el Sínodo como en el Congreso de las Grandes Ciudades ha estado muy presente el cardenal Sistach, cardenal de Barcelona. ¿Sabes con qué vivencias ha salido de ese proceso que puede marcar un antes y un después en el modo de hacer las cosas en la Iglesia institución?
El cardenal está insistiendo en que desde dentro del Sínodo la experiencia fue muy agradable y significativa, y aunque había posturas diferentes, se ha desarrollado en un clima de gran comunión.
Resalta mucho la adhesión al Papa del sínodo. En general se ha situado muy solidario y muy colegial con las palabras del Papa y con el camino que está marcando.
También menciona la importancia que tuvo en el sínodo el significado de la sinodalidad en la Iglesia. Tiene una gran transcendencia eclesial y es un punto de inflexión para situar lo que significan los consejos eclesiales y las dinámicas de colegialidad en la Iglesia.
El cardenal Sistach ya ha rebasado los 75 años, y al menos desde fuera ya se plantea su salida. Tú que conoces su trayectoria, ¿puedes hacer un balance de sus años en la diócesis?
Con los retos que significa en estos momentos la Iglesia en Europa y en una gran ciudad, han sido años de un trabajo firme a favor de la evangelización y también de la atención a los más débiles. Han sido dos constantes que él ha tenido presentes.
Martínez Sistach llega en un momento en que se dividen las tres diócesis. Un momento especialmente complejo. Administrativamente, porque había que organizar toda la división, y en un momento en que la realidad diocesana estaba en un tono bastante bajo.
Creo que ha hecho una presencia de comunión, de conjuntar la iglesia diocesana. En este sentido han sido muy importantes sus planes de pastoral, con el deseo de aunar a la iglesia diocesana en torno de unos objetivos comunes.
Se han desarrollado cuatro planes de pastoral, según los años, y cada plan tenía una prioridad.
Pero si hay un toque de fondo, una parte es la evangelización: los jóvenes, la familia, las catequesis de iniciación. La otra parte es la solidaridad con los pobres en la que ha insistido todos estos años.
Y la presencia en Cáritas: que toda la Iglesia en común sienta que el servicio de esta y otras entidades que trabajan en la atención a las situaciones de pobreza y de riesgo se conviertan en una prioridad.
También este tiempo ha sido interesante porque el contacto con la sede romana, con el Papa. Primero con la visita de Benedicto XVI en la dedicación de la Sagrada Familia que supuso un hito importante de cercanía de toda la Iglesia.
La Sagrada Familia es un icono de lo que han supuesto todos estos años con Martínez Sistach.
Y desde ahí también "el diálogo fue cultura" con hechos como fue el Atrio de los Gentiles, organizado por el consejo pontificio para la cultura se desarrolló en Barcelona. O la Misión Metrópolis, también en contacto con el consejo para la promoción de la nueva evangelización, estableció una serie de iniciativas que tocaron directamente esta relación con el mundo de la cultura.
Y la presencia en el mundo de la comunicación. En los últimos años se ha avanzado en hacer presente a la Iglesia que cotidianamente organiza infinidad de acontecimientos.
En cuanto al diálogo con la cultura, la constitución del Ateneo, que incluye las facultades de Arte, Teología y Filosofía.
De la relación de Cataluña con el resto de España. ¿Qué claves se pueden dar desde el evangelio para afrontar esta situación?
En primer lugar está la libertad de los ciudadanos. La libertad es un constitutivo de la perspectiva cristiana y el hecho de que los ciudadanos puedan tomar sus decisiones se convierte en un elemento clave.
También es verdad que en este momento hay posturas muy diversas y a veces también casi en enfrentamiento. Desde las posturas independentistas hasta los que quieren modular la relación con el Estado español en diferentes puntos.
La Iglesia en principio ha de situar la importancia de los ciudadanos, y de los procesos en paz. La paz se convierte en un valor que no se puede romper ni traspasar. Insistir en que el diálogo siempre significa cesión de posturas y en este momento la cesión de las partes se convierte en imprescindible para una salida hacia el futuro.
La Iglesia tiene como misión resguardar y acompañar la reconciliación de los creyentes y de los ciudadanos. Los sacerdotes de las diócesis catalanas nos encontramos con feligreses que tienen muy distintas posturas.
En este proceso, aunque la Iglesia no debe tener una posición partidista, ha de situar precisamente esta perspectiva de exigencia del diálogo y de propuesta de reconciliación en los caminos que se vayan haciendo.
¿Crees que existe la posibilidad de que haya una salida reconciliada?
Tenemos que confiar en que sí. Hay una confianza básica de que estamos dotados de esta capacidad y hemos de insistir a aquéllos que llevan la responsabilidad política de que alcancen el diálogo porque es imprescindible.
Y esta cuestión de la identidad catalana y su forma de manifestarse no ha de ha de hacemos olvidar que la prioridad especial de la Iglesia son los más débiles en la realidad social y el reconocimiento de la dignidad y del itinerario del crecimiento de las personas.
La Iglesia está preocupada por la atención educativa, por la atención a la cultura, por el servicio social, por la realidad de los pobres y no podemos olvidarnos de esto. Incluso con lo que puede significar la necesidad de regeneración en un momento de corrupción. Nos encontramos con cristianos que son procesados y esto significa una preocupación más. En qué medida como comunidad cristiana somos capaces de sostener la exigencia ética que emana del evangelio y que nos obliga a todos.
Es enormemente importante la participación de cristianos en la política pero es más importante todavía que los que estén, den testimonio de autenticidad, honradez y transparencia hacia los ciudadanos.
¿Qué aspectos pedirías al nuevo pastor de Barcelona?
Un aspecto importante es el carácter de pastor, es decir, la proximidad a las personas, a los sacerdotes, a las comunidades, a las congregaciones religiosas, a las instituciones. Este ejercicio de proximidad en las diócesis grandes es muy importante, porque es lo que hace tomar conciencia a los creyentes del hecho de que la imagen del evangelio se realiza en el pastor.
Después el ejercicio de la corresponsabilidad. Es necesario que la tarea pastoral no se realice como un obispo que es cabeza, sino que forma parte de un colegio donde todos colaboran.
Implicar a todos en una tarea que es de todos, ya sean laicos o religiosos. El obispo no es el único responsable, sino que es el que anima a la responsabilidad.
Y también un hombre que sea capaz de tender puentes en los territorios donde se hace más difícil ponerlos.Una misión importante de la Iglesia en este momento con la situación política y social de nuestro pueblo es tender puentes. Y trabajar para hacerlos posibles.
Otro elemento que además lo marca especialmente el momento de la Iglesia, es la cercanía a los pobres. Hoy para un obispo pastor de una gran ciudad, la atención a los pobres debe marcar su servicio episcopal.
Muchas gracias Peio, hasta que volvamos a vernos, iremos al cine. XII Semana del Cine Espiritual. Lo tenemos en sesenta ciudades.
Sí, y además ahora también internacionalmente. Están incorporándose muchas diócesis y ciudades latinoamericanas. Es un momento de crecimiento.
¿Podemos encontrados en alguna web?
Sí, en semanacineespiritual.org en lo que afecta a la Semana de Cine Espiritual.
Fuente original: Religión digital