Misa de la FIESTA DE SANTA MARTA – Santa Marta de Tormes, 29 de julio de 2018
Homilía del párroco, Mariano Montero
Pocas veces la fiesta de Santa Marta cae en domingo, por eso hemos proclamado, en comunión con toda la Iglesia, el evangelio de la multiplicación de los panes. Quizá nosotros esperábamos aquel otro, tan conocido, que cuenta cómo Marta y María acogían a Jesús en su casa… Pues vamos a convertir esta coincidencia en oportunidad: vamos a entrecruzar estos dos evangelios y a recoger los tres valores resultantes: la acogida al otro, la alegría compartida y la presencia de Jesús.
1.- LA ACOGIDA AL OTRO.- Empecemos recordando aquel evangelio de Marta y María, que acogen en su casa a Jesús cuando va camino a Jerusalén. Aquel camino representa al mundo en proceso de cambio, y la casa de Marta representa a la humanidad entera en su capacidad de acogida al hermano. Hay aquí una primera llamada muy actual, porque hemos vivido un año donde en Europa y Estados Unidos, en este mundo más grande del que formamos parte, crecen los muros externos e internos, cerrando las fronteras a los sirios que huyen de la guerra y a los africanos que huyen de la pobreza. Todos sueñan con un futuro mejor para sus hijos, ¿no haríamos nosotros lo mismo? El papa Francisco no se cansa de recordarnos que la acogida humanitaria y la integración social han sido las bases de la civilización occidental…
Esto lo entendemos muy bien en Santa Marta de Tormes, vosotros sabéis mejor que yo que la acogida es la base de lo que hoy somos. En tres décadas hemos pasado de ser un pequeño pueblo a convertirnos en el municipio más numeroso de Salamanca después de la capital, el que más ha crecido y que ha sido capaz de acoger a muchos que fueron llegando, daba igual si llegaban de otros pueblos o de la capital, si venían de otras provincias o de otros países. ¡La acogida al otro es un sello de identidad del pueblo de Santa Marta! Yo mismo lo he experimentado después de 20 años de misionero, al volver de tierras lejanas. Por eso tiene más sentido que nunca que nuestra patrona sea la Santa Marta acogedora del evangelio, y por eso tenemos que destacar cada año este valor de la acogida, como algo que ya tenemos y que hemos de seguir cuidando.
En el evangelio de la multiplicación de los panes vemos a Jesús acogiendo a una multitud hambrienta. Los discípulos no están convencidos: “Solo tenemos cinco panes y dos peces, ¿qué es eso para tantos?” Y es que la acogida es fácil cuando no nos complica la vida, pero por eso tiene más valor cuando la realizamos de verdad por el bien de las personas, pasando de mi interés particular al bien común. La acogida es un valor para todos los tiempos: un valor humanitario y un valor cristiano. Ojalá Santa Marta siga siendo un pueblo acogedor, para todos los visitantes y para los que vengan a vivir aquí.
2.- LA ALEGRÍA COMPARTIDA.- Cuando Jesús fue a la casa de Marta y María, dice el evangelio que surgió un conflicto entre las dos hermanas. Marta se afanaba por el servicio, mientras María dedicaba el tiempo a escuchar a Jesús. Cualquiera de nosotros se habría enfadado como hizo Marta, porque sabemos que en la vida lo primero es el trabajo y sacar adelante la casa. Y más en Santa Marta de Tormes: aquí dependemos para casi todos los trabajos de Salamanca, aquí hay muchos que sobreviven como pueden con la renta garantizada o con la pensión mínima, y hay montones de jóvenes y adultos que solo encuentran trabajos precarios y temporales… Y sin embargo, Jesús le dice a Marta que su hermana ha elegido la mejor parte, porque hay que trabajar pero al final lo principal en la vida es la alegría compartida.
Y esto lo tenemos todos claro: se nos nota cuando estamos en una boda de un familiar o en una graduación de un hijo, y se nos nota de manera especial en estas fechas de las Fiestas de Santa Marta de Tomes. La multiplicación de los panes en el Evangelio es el signo de todos los encuentros familiares y vecinales donde se comparte la mesa y la alegría, y es la mejor fotografía del Reino de Dios, del sueño de Dios para toda la humanidad. Más allá del accidente de ayer en el Toro del Aguardiente, que nos llama a todos a extremar la responsabilidad, hoy celebramos lo bien que lo estamos pasando estos días de fiesta: a los mayores no les ha faltado la misa, la comida y el baile; los niños han disfrutado con los juegos de agua, las películas nocturnas y la magia de Toni; los jóvenes lo han pasado a lo grande con los conciertos, las vaquillas y las peñas; y todos hemos disfrutado de la buena convivencia y de cómo el pueblo se ha vestido de fiesta. ¿No se parece todo esto a la multiplicación de los panes? Que Dios nos ayude a trabajar duro, cuando toque y sea posible, y sobre todo a disfrutar la vida y compartir la alegría.
3.- LA PRESENCIA DE JESÚS.- Aquel conflicto entre las dos hermanas Marta y María se resuelve si nos fijamos en Jesús, que es la figura central de los dos evangelios que estamos comentando. Marta acentúa la acogida a través del trabajo y la actividad, mientras que María representa la acogida a través de la relación y el estar juntos. No son cosas opuestas, todo eso es necesario en la vida, en nuestras vidas. Y en Jesús vemos la síntesis: él sabe estar y relacionarse personalmente, dialoga con todos y se pone en acción, acoge lo que le ofrecen y multiplica los bienes para alegría de todos. Los cristianos sabemos que Jesús es la fuente de la vida, del servicio y de la alegría.
… Y también la fuente de la mirada positiva. Hace dos meses me acerqué a una tertulia que organizaban el Casino de Salamanca y una radio local, que se titulaba: “¿Cómo somos los salmantinos?”. Se decía que, como las encinas, somos recios y nobles, más bien secos, y que a menudo valoramos poco lo que tenemos. Y yo pensaba si a los santamartinos nos pasaría lo mismo… Pero me decía: ¡hay tanto de positivo en Santa Marta, tantas cosas buenas que agradecer! También hay cosas que mejorar, es verdad, pero ojalá Jesús nos ayude a mirar y a destacar siempre lo positivo de nuestro pueblo.
Termino. Hoy celebramos que Jesús ha estado presente en estas fiestas de Santa Marta del año 2018. Aunque no lo hayamos notado, él ha estado sosteniendo el trabajo y el ánimo de todos: desde la corporación municipal hasta los feriantes y los artesanos que el fin de semana anterior llenaban esta plaza de la Iglesia; desde los responsables de cada actuación hasta los que han sabido disfrutar de ellas con tantos familiares y amigos. Y si Jesús ha estado con nosotros en estas fiestas, es porque ¡Jesús vive en Santa Marta! Esta es la gran noticia: ¡Jesús es santamartino, y cuenta con nosotros para multiplicar el milagro cotidiano de la acogida, el servicio mutuo y la alegría compartida!. Que Dios nos abra los ojos del corazón, para descubrir y celebrar su Presencia a lo largo de todo el año en nuestras calles y plazas, en la convivencia de la buena gente de Santa Marta.
Foto original: http://jesusario.blogspot.com