Santa Ana de Barcelona es una iglesia y un antiguo monasterio con claustro y sala capitular, vinculada a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén desde el siglo XII, y situada en la calle de Santa Ana, de Barcelona, cerca de la Plaza de Cataluña. El conjunto da nombre al barrio de Santa Ana, uno de los integrantes del barrio Gótico. La iglesia románica fue declarada monumento nacional en el año 1881 y ha estado declarada Bien Cultural.
La construcción de la iglesia se inició a mediados del siglo XII en el período románico. La construcción continuó durante los tres siglos siguientes, ya en el periodo gótico.
Actualmente se conserva la estructura románica original del templo, con ábside cuadrado y planta de cruz latina, cubiertos con bóveda de cañón apuntada, del siglo XIII. La puerta de estilo gótico es del año 1300. En el siglo XIV se alargó la nave y se cubrió con bóveda gótica de crucería. Ya en el siglo XV se construyó el cimborrio. El cimborrio se cubrió con obra vista después de la guerra civil española. La capilla de los Perdones, del siglo XIV, está situada a la izquierda del ábside. La nueva capilla de la piedad está decorada con una escultura de Llimona y pinturas de Pere Pruna.
Y es en este lugar histórico y artístico, situado en un lugar céntrico de Barcelona donde hemos empezado esta experiencia iniciada por el Padre Ángel, en Madrid y adaptada a nuestras circunstancias, a nuestra idiosincrasia y a nuestro estilo.
Los espacios de este templo, que cuenta con un claustro de dos pisos, sala capitular amplia iglesia comenzada en estilo románico y acabada en gótico, permite habilitar mejor unos lugares diferenciados para el culto, la oración, la adoración y la acogida. Y hasta para el arte, como muestra de riqueza cultural y espiritual.
Planteamiento parroquial de Santa Anna
Al tratarse de una parroquia situada en el barrio gótico, con gran presencia de turistas, no tiene prácticamente feligreses propios. Pero tiene una significativa presencia de diferentes grupos: COMUNIDAD ADSIS, Delegación de Jóvenes del Arzobisbado, la Hermandad de Guadalupe de Úbeda, Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, Sindicato ACLI, Comunidad italiana de Barcelona, Comunidad latina, Sahumadoras del Cristo de los Milagros, Encuentro Matrimonial, Grupos de Oración y Amistad, "Tornar a Creure", "Vine i veuràs", Units pel Godspel,
Veus de Santa Anna, Ayuda a la Iglesia necesitada, Comité Óscar Romero, Signis Catalunya, Comunidad de Claretianos, Una carta, un somriure. Y algunos clásicos como o los Caballeros del Santo Sepulcro, actualmente con una participación a la baja, Coral de Gregoriano, Coro Latino, Asociación de Mujeres Cofrades. También se tiene participación de grupos de Góspel i de Gregoriano con una presencia creciente. La pastoral juvenil tiene mucha actividad en la parroquia.
Siguiendo los criterios del Papa Francisco respecto a la vida de las parroquias, queremos ser "un hospital de campaña" para los pobres y los inmigrantes y nuestra pastoral propone estas opciones de fondo:
La parroquia como comunión de comunidades, procurando, como las primeras comunidades cristianas vivir en la koinonía (comunión fraterna), i anunciarlo por medio del kerigma (anuncio misionero), la diakonía (diversos servicios y ministerios, en especial la atención a los pobres) y la leiturgía (la celebración y el crecimiento espiritual).
La fraternidad como escuela de los hijos, que son hermanos, fomentando la unión con los diferentes grupos, dando facilidades para el encuentro y la comunicación.
Orantes i celebrantes para aprender a ser hijos en el Hijo, convencidos de que la mejor motivación per decidirse a comunicar el Evangelio es contemplarlo con amor y leerlo con el corazón. La misión, en el corazón de la parroquia, dispuestos a salir a las periferias para anunciar el Evangelio.
Comprometidos con los pobres en el centro de la ciudad, colaborando con les diferentes instituciones cristianas que trabajan con los pobres de Ciutat Vella.
Nuestra acogida inicial
Providencialmente, cuando estábamos reunidos Mossèn Peio Sánchez, Mossén Xavier Morlans y la Teresiana M. Victoria Molins, después de visitar al Padre Ángel y hablar con él de esta experiencia de una iglesia abierta, pensando en este sueño que hoy comienza a hacerse realidad, una ola de frio castigó a todos los barceloneses, pero de una manera especial a los sin techo. Contábamos, desde el principio con tres ángeles del templo que siempre están dispuestos a darlo todo: Cruz, Miroslaba i Fermín.
Con la actual eficacia de les redes sociales, en dos días pudimos contar también con la colaboración de muchos voluntarios vinculados de una manera o de otra, a les actividades de la parroquia.
Con un espíritu carismático, impulsados por el amor, hicimos una llamada. La respuesta, con más buena voluntad que experiencia, se dejó sentir inmediatamente. Una lluvia de voluntarios, de donativos y un número creciente de los sin techo llegaron a Santa Ana en la primera semana.
Pronto los medios de comunicación se hicieron eco del proyecto y de las catorce primeras personas que habíamos habilitado en la Sala capitular, con camas y colchones, tuvimos que albergar hasta más de 80 personas.
La respuesta, signo de la solidaridad característica de Cataluña, y la buena voluntad de mucha gente hicieron el milagro. En unos días la sacristía estaba llena de ropa de abrigo, colchonetas, sacos de dormir. Así mismo llovieron los alimentos, tanto que necesitamos una nevera y unos cuantos electrodomésticos más para dar abasto a la gran cantidad de gente que venía de día y de noche.
Y precisamente por esta buena voluntad, la picaresca, tan normal en el mundo de la marginación, entró a formar parte de la gente que respondía al proyecto y se nos iba de las manos...
La nave central de la iglesia se tuvo que acomodar para personas y mascotas, juntando los bancos de dos en dos y colocando colchones, improvisando camas, acomodando a la gente y a los perros en cualquier rincón.
Pero hay que reconocer que, a pesar de las dificultades que comporta el actuar solamente con buena voluntad y no con la experiencia necesaria para distinguir la picaresca de la autentica necesidad, se dieron momentos inolvidables que constituyen un verdadero signo de la Iglesia que quiere el Papa Francisco. Los domingos, las Eucaristías se llenaron de jóvenes y de todo tipo de personas. que, junto con los sin techo o los mendigos que acostumbramos a ver en las puertas de la iglesia con la mano extendida, ahora estaban gozando de la Celebración, visiblemente emocionados algunos, haciendo vibrar la nave central.
La intervención de Cáritas
No podemos negar que lo llegamos a pasar mal, cuando vimos que las cosas se nos iban de las manos. aumentaban los sin techo, el control se hacía difícil y hubo algunos problemas inherentes a la marginación, que conocemos muy bien los que nos dedicamos a esta tarea, pero no los más de cien voluntarios que actuaban como podían, con una inmensa buena voluntad. Hemos de agradecer a los servicios sociales y, en especial a Caritas Diocesana, la maravillosa tarea que han realizado los últimos días para controlar la situación. Con sus educadores y trabajadores sociales han hecho un censo de todos los que venían a la pernocta. Han ido estudiando caso por caso, orientando a otros recursos, derivando a unos y a otros, hasta reducir al mínimo los acogidos para dormir, ya que no era posible seguir, ya que no se daban ni las condiciones higiénicas ni una mínima comodidad. Sólo se había tratado de una emergencia. De los más de 80 que tuvimos pernoctando han ido disminuyendo poco a poco y ninguno ha sido enviado a la calle sin buscarle un recurso o pagarle un viaje a donde pedían regresar.
El proyecto definitivo "Hospital de campaña"
Estos inicios han sido la prueba de fuego para poner en marcha ya nuestro proyecto de una manera más concreta como "Iglesia abierta 24 horas". Una iglesia en la que se pueda conjugar el culto, la oración, la adoración, la acogida, la escucha, el arte y la cultura.
La iglesia de Santa Anna cuenta con unas condiciones muy buenas para poder comenzar esta experiencia..
Servicios y espacios adaptados
- LA NAVE CENTRAL: Culto, Eucaristías, conciertos, encuentros...
Es la función habitual de nuestras iglesias y es necesaria cada día y fundamentalmente los domingos y festivos. La nave central tiene unas condiciones óptimas: un bellísimo ábside y un crucero muy espacioso donde pueden celebrarse las Eucaristías, colocarse los coros, etc.
Y tiene lugar para muchos bancos y para muchas personas. En este espacio -fuera de esos días o de alguna emergencia- sólo tendrán lugar las celebraciones, los conciertos y otras manifestaciones religiosas.
2. LA CAPILLA DE LA PIEDAD: lugar de acogida y de estancia, para tomar café o per descansar a cualquier hora del día o de la noche.
Este espacio será un lugar privilegiado para los sin techo, pero no exclusivo de ellos. Cualquier persona puede ser acogedora y acogida.
Tal vez es el lugar en donde se ha de manifestar más la fraternidad, no considerándolo como "una obra social" en la que se dan los acogidos y los voluntarios, sino unos hermanos de comparten mesa. Pero que, por distintas circunstancias de la vida, algunos lo necesitan más porque están en la calle. Se dispone de WI-Fi y, con el tiempo de algún ordenador o algunas cosas que puedan resultar o necesarias para la convivencia o para mejorar situaciones personales.
3. SALA CAPITULAR. Solamente se utilizará para casos de emergencia o para alguna de las necesidades de convivencia o acogida puntual. En el momento inicial y de emergencia social ha tenido un papel muy importante para acoger con más dignidad y comodidad a un buen número de persona en la ola de frío.
4. LA CAPILLA DE LA VIRGEN DE MONTSERRAT
Lugar de silencio, de adoración perpetua, oración personal o comunitaria.
Un lugar privilegiado para aquellos ratos de paz y serenidad que todos necesitamos. Queda suficientemente aislado de otros lugares del templo y será un verdadero descanso espiritual para todo el que lo busque y lo desee.
5. LA CAPILLA DEL SANTO SEPULCRO O DE LOS CRISTIANOS PERSEGUIDOS
Lugar de "Escucha", tanto ministerial con sacerdotes, como humana i psicológica, llevada por persones de acompañamiento.
Se trata de un lugar acogedor, con mesas de "camilla" y butacas donde poder hablar y ser escuchado, consultar, confrontar ideas, etc. Será atendido por sacerdotes -para confesión de los que lo deseen- y por personas especializadas para la escucha humana.
Esperamos que esta iniciativa -amplia de común y servicio- sea un gesto de Iglesia que responda a las frecuentes llamadas del Papa Francisco y manifieste el gran mandamiento del amor de una manera palpable. Que Dios bendiga nuestros deseos.
Barcelona, febrero de 2017