El pasado 4 de junio medio millar de participantes de la parroquia de Nuestra Señora de Las Rosas, en el distrito de San Blas (Madrid), caminó los 10 km que hay hasta la Catedral de la Almudena para llamar la atención sobre el prefabricado que utilizan como templo.
En los próximos días el párroco, junto con otros parroquianos, tiene previsto acudir al Ayuntamiento para obtener una respuesta definitiva. «Sólo pedimos que se pongan de acuerdo los que se tengan que poner y que nos den una respuesta rápido», comenta Miguel Ángel.
La noticia ha tenido eco en varios cauces informativos:
www.paginadeldistrito.com/154_noticias.html
www.periodistadigital.com/religion/diocesis/2011/06/01/fieles-madrilenos-rosas-parroquia-iglesia-religion-almudena-rouco-madrid.shtml?utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter
www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=15829
www.abc.es/20110603/madrid/abcp-marcha-parroquia-nuestra-senora-20110603.html
www.glovoz.com/noticias/1283870/marcha-por-la-parroquia-de-nuestra-senora-de-las-rosas
Los feligreses de Nuestra Señora de Las Rosas llevan cerca de 12 años reuniéndose cada domingo en un prefabricado hecho de módulos de obra, mientras esperan a que se resuelva un trámite burocrático que les reconozca como propietarios del terreno en el que se encuentran y que actualmente pertenece al Ayuntamiento.
El origen de esta situación se remonta al año 1997, cuando el Arzobispado de Madrid permutó con el Ayuntamiento de la capital un gran terreno a cambio de 39 terrenos más pequeños. En los 38 terrenos que pasaron a manos del Arzobispado se fue edificando, menos en el que debía albergar a la parroquia de Las Rosas. Diferencias en el tipo de terrenos permutados pueden ser la causa. El asunto está en manos del departamento jurídico del consitorio y hasta que no redacte un informe final nadie podrá construir.
La parroquia, que se abrió en el año 2000, se encuentra en uno de los Programa de Actuación Urbanística (PAU) de Madrid, de reciente construcción y con más de 30.000 vecinos, la mayoría matrimonios jóvenes con hijos. «La gente es muy participativa, con mucha ilusión y vínculos de amistad», afirma Miguel Angel.