La fraternidad Adsis está ligada a muchas personas, jóvenes y empobrecidas, que nos invitan a vivir un amor gratuito y comprometido, abierto y universal, en permanente aprendizaje evangélico.
Ser fraternidad solidaria nos llama a vivir más conscientes de que lo esencial no es tanto lo que hacemos sino cómo lo hacemos, no es tanto el hacer sino el SER. Si estamos conectados con la Fuente, las relaciones serán SIGNO DEL REINO.
Estamos llamados a interiorizar mejor lo que significa ser “hermano, hermana” en el contexto sociopolítico, de individualismo e injusticia, en el que vivimos, aprendiendo a tomar posición: dónde queremos estar y con quiénes.
Nos enriquecemos con la comunicación, compartiendo bienes y necesidades, y celebrando la vida recibida. Nos escuchamos y acompañamos mutuamente en el Señor.
Queremos ser comunidades en salida, inclusivas, centradas en relaciones fraternas, en reciprocidad, con capacidad de CUIDADO MUTUO. Esto nos llama a recuperar la humildad, y a una conversión que nos lleve a relaciones generativas.
La misión que especifica la vocación Adsis se traduce en un compromiso de fermento, que es ante todo un «estilo de vida» y de fraternidad
La fraternidad impulsada por Jesús ha tenido muchas y ricas expresiones en la Iglesia a lo largo de su historia. Adsis ha sido una de ellas, una forma de vida que consideramos verdadero regalo, que viene de Dios y no de nuestra iniciativa.
José Luis Pérez, nuestro iniciador, lo expresaba diciendo: «Dios me dio hermanos». De igual modo, quienes vivimos en comunidad sentimos que ese don permanente suscita un agradecimiento y un deseo de cuidarlo y ofrecerlo como verdadero regalo de Dios.
Durante estos últimos años, las comunidades estamos en un profundo momento de análisis, buscando luz y respuestas a preguntas que todos y todas nos hacíamos, respecto a cómo traducir nuestra búsqueda común: “Hacia una nueva forma de vivir la comunidad”.
Este proceso nos está llevando a un momento de transformación personal, comunitaria y como Movimiento, en el que hemos ido abordando fases de formación personal, de escucha y diálogo generativo que nos ayuda a descubrir la fuerza identitaria de nuestro ser ADSIS…
Son momentos de encontrarnos, acogernos, escucharnos, preguntarnos, dialogar, orar y discernir luces para el camino. En la última Asamblea General del Movimiento nos hemos abierto al soplo del Espíritu, hemos discernido las llamadas y las respuestas para este próximo tiempo.
Es mejor compartir
En tiempos convulsos, como los que tambalean al mundo, es cuando surgen preguntas reflexivas y opciones que revelan una disyuntiva en la visión de la realidad: Mirada corta o perspectiva amplia.
Dicho de otro modo, los problemas acentúan la defensa de uno mismo en una espiral egocéntrica o dan lustre a las actitudes de la empatía y la generosidad, que acunan el humanismo.
La crisis sanitaria, que mantiene congelado a medio mundo con una tiritona de espanto, desasosiego e incertidumbre, mantiene abierta una brecha en la economía que tardará en cicatrizar sin descuidar las afecciones que puede generar en el sistema financiero. El problema en el alambicado lenguaje de la economía no es de números, que leídos de carrerilla suelen ser fríos. El problema es el efecto que el cataclismo que se advierte ya y se avecina con mayor crudeza en tantas personas.
Leer +Para crecer en fraternidad
A continuación ofrecemos algunos materiales que utilizamos y nos sirven en relación con la fraternidad. Esperamos que a ti también puedan servirte.
CARTA ADSIS
Si quieres profundizar más en nuestra vivencia de la fraternidad consulta la "Carta Adsis: El Regalo de la Fraternidad" escrita por Fermín Marrodán.
Ver Carta