Baroké (*) es el nombre de un proyecto en el que cada fin de semana personas voluntarias apoyan a personas inmigrantes en Madrid. Marta y Jorge, voluntaria y usuario del proyecto, nos cuentan cómo funciona.
“Baroké es un lugar de reencuentro contigo mismo y con los demás”
Me llamo Jorge, soy angoleño, tengo 46 años y soy jardinero. Huérfano de padre y madre, llegué a España hace más de 25 años en busca de un futuro. Desde hace un año asisto a Baroké cada fin de semana para aprender.
- ¿Cómo conociste Baroké?
Una amiga mía conocía a un chico que hacia de voluntario en Baroké y pensó que el proyecto me podía interesar.
- ¿Y te interesó?
¡Muchísimo! Yo llevo más de 25 años en España, con lo que puedo hablar español perfectamente. El problema lo tenía a la hora de escribir. Gracias a Baroké ahora puedo comunicarme por escrito bastante bien y, en consecuencia, mis oportunidades laborales y sociales son mucho mayores.
- ¿Qué es lo que más te gusta de Baroké?
Sin lugar a dudas, el momento de la merienda, ya que es cuando podemos relajarnos un poco y charlar con todo el mundo. Y es que en Baroké, además de aprender castellano, informática o inglés, aprendes a relacionarte y haces amigos. Es un lugar de reencuentro contigo mismo y con los demás.
- ¿Crees que tu vida sería distinta si no hubieras conocido el proyecto?
Por supuesto. Además de haber aprendido un montón de cosas sobre la cultura de España, descubrir cuándo y por qué se pone la tilde, Baroké me ha facilitado hacer muchos amigos y encontrar un aliciente los fines de semana.
- ¿Y qué es lo que menos te gusta del proyecto?
Pues la verdad es que me gusta todo, pero puestos a pedir, me gustaría que hubiera más clases, aunque supongo que para ello se necesitan más voluntarios.
- ¿Cómo son los voluntarios y las voluntarias del proyecto?
¡Qué voy a decir! ¡Personas encantadoras! A mí a veces incluso me cuesta creer que estas personas decidan hipotecar parte de su tiempo libre del fin de semana para pasar un rato con nosotros y enseñarnos lo que saben. Lo más sorprendente es que hay muchos chicos y chicas jóvenes, y eso es muy bonito. También para mí es muy sorprendente que Carlos, que resulta que es el director de la Fundación, esté aquí casi cada fin de semana haciendo de voluntario.
- ¿Qué le dirías a una persona como tú para que se animara a apuntarse al proyecto?
Que no lo dude ni un momento. Aquí adquirirá conocimientos (historia, lenguas, informática, etc.), pero, sobre todo, crecerá como persona y aprenderá valores y a conocerse mejor a sí mismo.
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“En Baroké el voluntariado se transforma en un rato para compartir con amigos”
Me llamo Marta, tengo 44 años, trabajo como consultora y desde hace un año los fines de semana hago de voluntaria enseñando español a personas africanas.
- ¿Cómo conociste el proyecto Baroké?
Quería realizar un voluntariado con personas de origen africano, en fin de semana y preferentemente cerca de mi casa. Cuando navegando por Internet encontré Baroké, no me lo podía creer, ¡era exactamente lo que estaba buscando!
- ¿Y por qué con personas africanas?
África es mi pasión. He viajado varias veces allí, como turista y como voluntaria. Ahora no puedo viajar tanto, pero necesito seguir conectada con la cultura de alguna manera. Baroké es perfecto.
- ¿Y por qué decides canalizar tu necesidad de contacto con el continente africano a través de un voluntariado?
Quizás es un poco egoísta, pero me siento tan afortunada con la vida que tengo que necesito dedicar parte de mi tiempo libre a otras personas. Supongo que por ello he sido voluntaria casi toda mi vida. Comencé realizando apoyo escolar a niños y niñas con situaciones complicadas, luego marché de voluntaria a Etiopía, y ahora Baroké.
- ¿Qué te aporta ser voluntaria?
Además de esta tranquilidad que te comento, ser voluntaria me permite aprender de otras personas y darte cuenta de que siempre tienes algo que aportar. Ser voluntario te fortalece mucho y hace que te valores mejor.
- ¿Qué hacéis en Baroké?
Yo doy clases de español y ahora, además, voy a dar apoyo en la coordinación del proyecto puesto que todos somos voluntarios y es necesario que haya alguien que se ocupe de cuadrar los grupos, hacer seguimiento, etc.
- ¿Qué es lo mejor del proyecto para ti?
Me encanta el momento de la merienda en el que todos los grupos paramos y nos encontramos para compartir un té o un café. Es entonces cuando charlamos más distendidamente. Otro aspecto muy interesante es la formación que los voluntarios y las voluntarias recibimos, tanto para conocer mejor la cultura africana como para realizar tareas específicas del proyecto.
- ¿Y lo peor de Baroké?
La verdad es que me gusta todo, pero si tuviera que quejarme de algo ¡sería de los horarios! El proyecto se realiza los sábados y domingos por la tarde, con lo que levantarse del sofá a esa hora se hace durísimo. Afortunadamente, una vez allí te das cuenta que el “sacrificio” merece la pena. Además, yo no me puedo quejar, que lo tengo muy cerca de casa. Aquí, quienes más mérito tienen son los usuarios del proyecto que cada fin de semana atraviesan media ciudad sin apenas poderse pagar el billete de metro para asistir a las clases. ¡Eso sí que es voluntad!
Si te ha gustado el proyecto y quieres formar parte de él, te proponemos:
- Te hagas voluntario/a de Baroké. Tu tiempo es el mejor apoyo.
- Colabores con la campaña de metrobuses para asegurar que nadie se queda sin ir a clase por no poder coger el transporte público.
(*) La palabra “Baroke” proviene del bambara (dialecto que se habla en Mali) y significa “charlar”.
Fuente original: Fundación Adsis