Las comunidades Adsis quieren ser sostenibles ambientalmente. Desde nuestra Conferencia General de 2022 así lo discernimos y nos lo dijimos. Esto pasa porque cada persona, cada casa y cada comunidad haga una apuesta por la “Conversión Ecológica” de sus modos de vida (ver ese concepto desarrollado en la encíclica Laudato Sii de Francisco, 2015). Hay que tomar esa decisión y ver qué implica, qué cosas debemos cambiar y eso supone un esfuerzo, una incomodidad, supone gasto económico… luego hay cierta barrera que saltar.
Sin duda, estamos inmersos en una sociedad consumista y todos y todas recibimos los infinitos reclamos publicitarios, las seducciones de capitalismo rampante, ante las que no siempre tenemos fuerzas ni ganas de pelear: la envidia, el capricho, la compensación psicológica de comprarse algo son siempre una tentación.
Así que lo previo a cualquier conversión de nuestras vidas a los estilos sostenibles, será una fuerte motivación y una profunda espiritualidad. Ambas nos llevan, si queremos, a la vida austera que pide el Evangelio: “Qué difícil es entrar en el Reino a los ricos (y ricas)”. A nuestro favor juega que la vida comunitaria nos educa y anima en la interioridad y en la ética.
No hay fórmulas mágicas ni generales para todas nuestras comunidades en su camino a la sostenibilidad. Si esperabas en este artículo “los diez pasos para una vida sostenible y guay” búscalo en internet, hace muchos años que se proponen cosas útiles (si es de fiar quien las propone claro, no en el greenwashing de la petrolera de turno).
Siendo realistas, en nuestras opciones de compra todavía impera el comprar barato, el “ser pobres” comprando el precio más bajo (o sea, subsiste la sospecha de que comprar de otro modo es de ricos o ricas... ¡y faltaría más!), el cumplir el presupuesto más ajustado. Así que normalmente en las casas ni hablamos de comprar local o comprar ecológico ante argumentos tipo “es más caro”, “más adelante lo plantearemos”.
Así que ya tenéis un par de pasos iniciales: una fuerte espiritualidad de la pobreza cristiana (todo lo que compres que no necesites, se lo estás robando a los pobres) y una opción por el consumo ecológico (especialmente de alimentos y ropa) y justo.
También podemos hartarnos de debatir si el cambio lo debo hacer yo, a nivel personal, o deben cambiar las estructuras y los políticos que las manejan… y quedarnos así a medias en todo. El Papa Francisco lo dice muy bien en Laudate Deum*. Así que no hay excusa, debemos hacer todo los posible por ser comunidades más ecológicas y debemos implicarnos a largo plazo en la Incidencia Política: cambiar nuestras estructuras socioeconómicas**, que generan tanta degradación y tanto sufrimiento ¿Con quién puedes sumar fuerzas en tu barrio, en tu ciudad, en tu país para esos cambios?
Y además, somos cristianos y cristianas, somos Iglesia y tenemos un amplio espacio de testimonio y acompañamiento que disfrutar: aprender de quien ya está en conversión, participar de la universal Plataforma de Acción Laudato Si (que propone y ayuda a procesos de conversión eclesial), movilizar en tu diócesis a los demás católicos (en el Movimiento Laudato Si, en tu Delegación Diocesana de Ecología Integral, etc…). ¿Adsis está presente en estas áreas de Iglesia? Me encantó la foto de los hermanos y hermanas de Uruguay, su parroquia rodeada de compostadores y cubos de reciclaje para todos sus vecinos y vecinas.
Bueno, son desafíos actuales a nuestra presencia, quiera Dios que seamos fieles a ese deseo de ser comunidades sostenibles y eclesiales.
* “Las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política inter/nacional” LD 69.
** Recientemente el Movimiento Adsis nos hemos sumado a la petición de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, por ejemplo.