Jóvenes vinculados a la comunidad Adsis de El Alto (Bolivia) nos han enviado este testimonio que vale la pena conocer:
“Un grupo de jóvenes aficionados del Centro Utasa fuimos invitados a participar en un concurso de teatro intercolegial, organizado por el Ministerio de Justicia para concientizar a los jóvenes sobre la problemática de la trata y tráfico de personas.
El premio era un viaje por vía aérea a otro lugar del país a representar la obra.
Nosotros queríamos volar, subirnos en un pájaro de hierro y desafiar las fuerzas de la naturaleza, pero también esa fuerza de la sociedad que nos ha colocado en el lado de aquellos que muy probablemente nunca podrían volar.
Queríamos participar y ganar. Se convirtió en nuestro sueño, en nuestro reto.
Aquí ya empezó a volar nuestra imaginación y también nuestro tiempo.
El primer escalón fue la elaboración del guión, en el que nos ayudó Milenka López, y posteriormente el grupo de Teatro Azahar; leímos algunas cosas, vimos alguna película, y en este proceso fue cuando se produjo el IMPACTO, cuando NOS ESTRELLAMOS. Entramos de lleno en las alcantarillas de nuestra sociedad, llegamos a lo más bajo, a una de las cunas de la deshumanización: la venta y explotación de personas.
Se fue transformando nuestro objetivo; queríamos, a través de la obra de teatro, gritar esta realidad tan presente en nuestro país y en todo el mundo.
Contamos la historia de José y Gabriela, que también volaron en busca de sus sueños, y cómo fueron victimas de redes de explotación que acabaron con sus vidas.
Ya no sólo queríamos volar, sino ayudar a otros a abrir sus ojos, para que puedan seguir soñando y que sus sueños no se conviertan en su peor pesadilla.
Gracias a Bertha y a todas aquellas personas que nos han permitido volar, y que ayudan a otros a querer volar alto.”
Jannet, Silvia, Laura, Ismael, Angel, Rossy, Deysi, Sonia, Mariaje y Merche