Estos dias dolorosos en el Ecuador sacudido por el fuerte terremoto, olvidado ya en Europa entre tantas noticias del mundo, quiero recordar cómo nos están dando testimonio de misericordia en aquel querido país. Sólo unas imágenes de tantas que nos llegaron y que nos hacen admirar a mi querida gente de allí y de aquí.
Rogar a Dios por…
Dar de beber al sediento…
Dar posada… y ayudar a reconstruir viviendas, como la Asociación Manabí.
Los psicólogos SAR de Navarra, como mi amigo Josean, que fueron los primeros europeos en llegar a la zona del desastre, con su formación y buenos consejos para emergencias.
Los laicos y curas, como Josetxo, que bajaron de la Sierra unos días a acompañar y consolar a las tristes familias de Pedernales.
¡Qué decir de los que allí viven, en su actual visitar enfermos y damnificados, llevar alimentos y vestido, acompañar a todos y enterrar y orar por los difuntos!
No los olvidemos, sigamos desde los demás países enviándoles todo nuestro apoyo.
Y cada uno vea la dimensión ecológica de dichas obras de misericordia, desde luego yo la veo. La vulnerabilidad de construir un boom turístico en una costa sin control urbanístico y sin buenos abastecimientos de agua, por ejemplo.
Para “corregir al que se equivoca” algo han dicho ya los propios ecologistas ecuatorianos, Acción Ecológica y otros, para reconstruir la costa manaba y esmeraldeña desde parámetros más sostenibles:
Pedro Jiménez
Biólogo y cura Adsis