Estas Navidades han sido muy especiales para jóvenes, hermanos y voluntarios Adsis de Salamanca porque hemos tenido la oportunidad de compartir unos días de fraternidad y encuentro con personas privadas de libertad de la cárcel de Topas.
La experiencia empezó como lo hacen las buenas aventuras, con una cena y unas risas de sobremesa. Pilar, Amanda y Alejandro vinieron como voluntarios a convivir esos días a casa, trayéndonos su frescura y sus ganas de dejarse interrogar por la realidad y las personas de la cárcel. Al día siguiente, desde la oración y el deseo de abrir bien el corazón, nos juntamos con los presos para hacer juntos una visita turística por la ciudad... Y al principio.. pues lo típico... un poco de palo,... irse acercando poco a poco... unas risas.
Y seguimos como siguen las buenas aventuras, con una comida en un restaurante estupendo y una interesante sobremesa. Y seguimos visitando la ciudad y nos despedimos, pero por poco tiempo porque al día siguiente volveríamos a encontrarnos dentro de la propia cárcel
Por la noche, recogimos el día poniendo ante el Señor todo lo vivido, y sobre todo dando gracias por los encuentros, por abrirnos los ojos y las vidas de estas personas... tan diferentes en algunas cosas y tan iguales en otras.. Y la mesa aumentó de nuevo en la cena con la presencia de Cristina, que se admiraba de todo lo que escuchaba de los demás…
La mañana siguiente fue para preparar la entrada desde la experiencia de los que van más habitualmente... Porque una cárcel es otro mundo, con sus propias normas y condiciones, con sus formas de subsistir material y emocionalmente, con sus consecuencias para la persona...
Y por la tarde el gran encuentro... Adsis y todos aquellos con los que se trabaja en Topas... Simplemente estar, agradecer, compartir lo que se hace y se vive (algún preso comentó la presencia de un ángel)...
Y como experiencia resumen, que pudimos recoger ya en casa, en la eucaristía final de comunidad, mucha vida y esperanza, más de lo que hubiéramos pensado... Mucho por aprender y conocer de aquellos que al parecer no cuentan por haberlas "cagado". Mucho compartido en la fraternidad de lo cotidiano... Gracias a quienes lo habéis posibilitado y gracias a quienes os habéis arriesgado a unas Navidades diferentes...